"En cuanto llegue septiembre…"


El final del verano se convierte en el periodo de referencia para comenzar nuevos proyectos, sobre todo en el ámbito personal, algo que no se suele cumplir en la mayoría de las ocasiones

“En cuanto llegue septiembre tengo que…” Cuántas veces se habrá escuchado esta famosa frase en cualquier lugar.  El final del verano y el comienzo del curso supone un punto de inflexión para todos aquellos que pretenden comenzar nuevos proyectos de vida; si bien, enero es otro mes clave para comenzar nuevas andaduras, septiembre  no se queda atrás en la elección de los cordobeses por aquello de iniciar la temporada que nos llevará hasta las siguientes vacaciones. No es una tarea fácil para nadie. En la mayoría de las ocasiones estos buenos propósitos no llegan al segundo mes.
Así las cosas, los cordobeses cambian las doce uvas por un buen espeto de sardinas malagueñas, a ser posible de Fuengirola, para despedir una etapa de su vida e iniciar con fuerza proyectos que, lo más probable, en el mes de octubre estén más que olvidados. Hay que recordar que en esta ciudad el final del periodo vacacional se anuncia con campanitas de arcilla cocida. La festividad de Nuestra Señora de la Fuensanta recuerda a los cordobeses que deben quitarse el bañador y preparar el maletín o la mochila para comenzar un nuevo curso. Parece ser que el calor no es el mejor apoyo para la consecución de proyectos y, ahora, con la llegada del «fresquito» todo resulta más fácil.

gente haciendo deporte
Pareja haciendo deporte. /Fuente: LVC

Y si antes se hablaba de espetos no se puede dejar atrás una buena cerveza fría, tampoco un buen helado después de esas comilonas que, en la mayoría de las ocasiones, no son las mejores aliadas para nuestro sistema digestivo. El comportamiento de las personas también varía durante este periodo y es más frecuente saltarse las comidas, llevar un horario desordenado o comer en exceso en las reuniones de amigos. Según recomiendan expertos en salud, durante el verano, «hay que evitar tomar por costumbre las frituras de pescado y los helados». Estos son dos alimentos básicos en el menú de los tan admirados chiringuitos. Muchos se escudan en que “un rato de baño y los paseos por la playa ayudan a reducir la grasa corporal”, nada más lejos de lo real. Según el blog Saludemia el ejercicio debe realizarse de forma ordenada, diaria y, al menos, durante una hora al día. Por lo tanto, rozar la orilla con los dedos de los pies y atravesar la arena de la toalla al chiringuito no se considera deporte. En este sentido, Rocío Gómez, cuidadora infantil y veraneante fuengiroleña considera que «el verano ha sido de excesos por lo que ahora toca apuntarse al gimnasio y perder unos cuantos kilos». ¡Cuidado con querer perder todo de golpe!, tampoco es recomendable exponer el cuerpo a fuertes dosis de ejercicio. Hay que acostumbrarlo poco a poco.
Por otro lado, la vida social aumenta en verano debido al mayor número de horas de ocio. Las reuniones con amigos, las grandes cenas y la ingesta de bebidas son frecuentes durante este periodo y eso pasa factura. El mejor aliado para una dieta saludable es un buen vaso de agua y los mayores enemigos son los refrescos, las cervezas y el alcohol. Una hidratación óptima es la mejor base de una buena dieta veraniega. El paseo principal de San Miguel, en Torremolinos, o la famosa playa de La Carihuela son testigos todos los años de que los cordobeses, precisamente, no son muy afines a un cuidado de una hidratación óptima. Las ferias de los pueblos tampoco resultan de gran ayuda. Así, Carmen Rodríguez, que ha pasado dos semanas en la costa, se lamenta de que “ahora debe desconectar de los cócteles veraniegos, la cerveza del mediodía o la famosa tapita prealmuerzo». Además, también «quiere dejar de fumar”.
También, durante el verano se dispone de mucho tiempo libre. Un espacio que muchos aprovechan para reflexionar sobre su vida. Ésto hace que, al llegar septiembre, los cordobeses inicien nuevas andaduras profesionales, se embarquen en nuevos proyectos educativos o incluso cambien de puesto de trabajo. En este sentido se debe tener cautela, porque tras el periodo vacacional el ser humano se encuentra en un periodo de máxima euforia y, esto, les hace tener más valentía a la hora de afrontar nuevos retos. Como consejo, se debe esperar, al menos, a que pase el mes de septiembre porque no siempre estas decisiones son las más acertadas.
También, la falta de puestos de trabajo hace que muchos se planteen su futuro profesional. De esta forma, un buen número de cordobeses comenzarán nuevos estudios en septiembre. Por ejemplo, Sheila Burgos, diplomada en Magisterio por la Universidad de Córdoba, apunta que aún no ha conseguido ningún puesto de trabajo; así que, este año, anuncia: «Comenzaré un ciclo medio de peluquería, a ver si tengo más suerte».
Aviso a los enamorados. Según la Universidad de Washington, durante agosto se produce el mayor número de divorcios del año. Los catedráticos afirman que «las parejas consideran el periodo vacacional como una oportunidad para limar asperezas y solucionar sus problemas amorosos; si esto no funciona se llega, inevitablemente, al divorcio». Eso sí, también hay que saber diferenciar entre una familia norteamericana, que pasa sus vacaciones en Alaska visitando el Glaciar Mendenhall, de una cordobesa que va a pasar dos semanas en Torre del Mar. No tiene nada que ver. Además, lo que une el calor, que no lo separe nadie.
Los nuevos hábitos alimenticios, nuevas costumbres más saludables, cambios en la carrera profesional e incluso nuevas actitudes ante determinadas situaciones serán los propósitos principales de los cordobeses para este final de verano, en el que la expresión “año nuevo, vida nueva” cambiaría por “curso nuevo, vida nueva”. No deben preocuparse si el propósito no les convence mucho, lo más probable es que a mediados de octubre ya se habrán olvidado de él.