Las defensas de los cuatro imputados por la violación grupal en los Sanfermines han pedido la nulidad de la prueba del vídeo y los Whatsapp donde podría aparecer la agresión sexual a la chica de Pozoblanco. Sin embargo, el letrado de la joven asegura que «hay pruebas y testigos de ciertos hechos y vamos a intentar acreditarlo todo» y ha informado también de que los imputados «no han declarado nada que les pudiese perjudicar por instrucción de sus abogados».
Por su parte, el abogado defensor de J.E.D. -ocupante del coche donde los chicos pudieron abusar de la chica de Pozoblanco- ha indicado que su representado ha negado la comisión de «cualquier conducta que pudiese ser constitutiva de algún delito» y ha anunciado que van a pedir nulidad de las actuaciones porque derivan de una grabación que se hizo desde el móvil de unos de los ocupantes del vehículo y que ya se habían facilitado para otra finalidad: como prueba de descargo sobre las acusaciones de la agresión sexual durante el 7 de julio en los Sanfermines.
Sin embargo, la defensa de este chico ha asegurado que «no se autorizó la entrega del móvil para disponer de los mensajes de los últimos 5 años» algo que entiende puede ser objeto de nulidad. Si esto ocurriera, podría suponer el archivo de las diligencias. «Vamos a solicitar la nulidad de las actuaciones tanto ahora como en nuestros escritos de conclusiones provisionales y hasta de un posible juicio» porque «se han cometido una serie de irregularidades procesales».
Ninguno de los acusados además, ha respondido a la prueba de cargo del video en el que supuestamente se vería una situación de abusos a la chica de Pozoblanco porque en la videoconferencia de hoy ni siquiera se les ha mostrado. Además, el abogado defensor ha calificado como «extrañas» las actuaciones de la Policía Foral de Navarra al realizar pesquisas «fuera de su competencia» algo que «vamos a plantear jurídicamente por escrito». Además, quieren que se repita la declaración de la víctima y aseguran tener testigos a su favor.
El abogado de otro de los acusados, A.M.G.E., un joven militar de profesión, ha considerado como «contradictorias» las versiones sobre los hechos denunciados. El letrado de J.A.P.M., quien supuestamente grabó el vídeo que las defensas consideran que podría ser considerado como una prueba nula si así lo estima la jueza instructora de Pozoblanco, ha informado de que hoy también han declarado un policía local y una testigo amiga de la víctima, si bien, este letrado ha asegurado que aunque es cierto que los cuatro acusados estuvieron en Torrecampo «esto no se parece absolutamente en nada a los hechos de Pamplona» y ha aseverado que «todos han declarado hoy que son inocentes».
Recordar que hasta el momento en la resolución, el juez considera que «resulta indiciariamente acreditado» que A. J. C. E. ofreció a la denunciante acompañarla a su domicilio en un vehículo, donde nada más entrar y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó «en un estado de profunda inconsciencia». En el vehículo se montaron también J. A. P. M., J. E. D. y A. M. G. E. y mientras este último conducía «todos ellos le tocaban los pechos» y A. J. C. E. le «besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima». Según añade el magistrado, la llevaron luego hasta la localidad de Pozoblanco, donde se despertó «completamente desnuda en el asiento de atrás» y con el mono y las medias rotas.
La joven se vistió y se colocó en el asiento del copiloto, momento en el que A. J. C. E. le requirió «para que le hiciera una felación». Ante la oposición de ella, según relata el juez, el investigado la golpeó «dos veces en la cara y otra en el brazo». Acto seguido, la empujó fuera del coche y la insultó.
Los tocamientos practicados en el vehículo fueron grabados por J. A. P. M. con el teléfono móvil de A. M. G. E., creando dos archivos de vídeo, el segundo de los cuales fue compartido en un chat denominado «Manada», en el que posteriormente se refirieron a la víctima como «la bella durmiente». Desde esa conversación, el investigado J. A. P. M. difundió ese vídeo en otro chat llamado «Peligro» en el que participaba A. B. F, el quinto procesado por la supuesta violación de los Sanfermines.
Estos hechos, según detalla el juez, están tipificados en el artículo 181 del Código Penal como cuatro delitos de abuso sexual, delitos de los que aparecen como autores los cuatro investigados. Asimismo, el magistrado imputa a A. J. C. E. un delito de lesiones.
Para la concreción del relato de los hechos y la valoración de los indicios de criminalidad, el magistrado ha tenido en cuenta «principalmente el relato de la víctima en su denuncia, el clarísimo contenido de los archivos de vídeo», «las fotografías que la víctima hizo de las lesiones sufridas», la comunicación del incidente a terceros y los datos obrantes en el atestado presentado por la Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral de Navarra.
En cuanto a la calificación jurídica de los hechos, el juez estima que con arreglo al artículo 181 del Código Penal «se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto».
A este respecto, el magistrado abunda en el propio relato de la víctima en cuanto a la forma en la que se despertó sin tener conocimiento «de nada de lo ocurrido» en el periodo intermedio, así como en «la profunda inconsciencia que se aprecia en los vídeos sin que la víctima se despierte a pesar de los besos y tocamientos y de las risas de los investigados».
En este sentido, el juez también resalta que la joven describió la inconsciencia como «repentina en el mismo momento de introducirse en el turismo», la referencia posterior a ella como la bella durmiente, así como los comentarios en el chat «Peligro» tras compartirse el segundo vídeo con menciones sobre la posible utilización en los hechos de burundanga, en referencia al alcaloide escopolamina o hioscina que actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro, sustancia de efectos sedantes similar a la atropina que ha sido detectada en usos delictivos para dejar inconscientes y luego amnésicas a las víctimas, singularmente en ataques sexuales.
La supuesta utilización de esta sustancia, razona el magistrado, explicaría la referencia posterior en el chat «Veranito» por parte de A. B. F., quien participaba en el chat «Peligro» en el que también se compartió el segundo de los vídeos, «a la voluntad de llevar para el viaje a Pamplona burundanga».