Una exparroquia, en venta


El templo estuvo abierto al culto hasta finales de 1876 y en él fue bautizado Julio Romero de Torres

Junto a las dos portadas que aún se conservan de la que fuera parroquia de San Nicolás de la Ajerquía figuran sendos rótulos que indican que este espacio se encuentra a la venta. Este templo fue uno de los fundados por Fernando III tras la reconquista de la ciudad y su destino estuvo fuertemente marcado por su ubicación en la Ribera.

Portada principal de San Nicolás de la Ajerquía.
Portada principal de San Nicolás de la Ajerquía. /Foto: LVC

La cercanía del Guadalquivir, a sólo unos escasos metros, y posibles defectos constructivos, hicieron que esta iglesia sufriera los efectos de una capa freática muy alta que minó su cimentación así como también fue víctima de las crecidas del río que periódicamente azotaban esta zona de la ciudad, hasta que en el siglo XIX se construyó el muro de defensa.
La parroquia de San Nicolás y San Eulogio de la Ajerquía, que era su nombre oficial se mantuvo abierta hasta hace poco más de un siglo. En 1874, por ejemplo, allí fue bautizado Julio Romero de Torres. Ahora sólo se conserva la planta de 608 metros cuadrados con sus muros perimetrales y está a la venta.
El futuro de este inmueble es complejo. La ficha del mismo en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Córdoba la califica como equipamiento, por lo que el uso que se le puede dar en el futuro pasa inexcusablemente por la iniciativa pública, ya que el sistema de actuación es el de la expropiación. En la misma se señala que su destino es la «recuperación y puesta en uso de un edificio catalogado de fuerte presencia histórica, pero muy deteriorado».
Este Plan Especial se redactó en 2002 y sigue aún vigente. En él se detalla, con precios de aquel momento, que el precio del suelo ascendía a 473.000 euros y la edificación unos 311.000 euros, por lo que el coste total de la operación ascendía a algo más de 784.000 euros.
Otro detalle que se contempla en esta ficha es que lo que queda de la parroquia no guarda la alineación del Paseo de la Ribera, por lo que debe perder una parte de su superficie en aras de mejorar las condiciones de accesibilidad peatonal, aunque «esta condición no resulta determinante, y se condicionará al reconocimiento del elemento murario afectado, que ha de llevarse a cabo en el proyecto arquitectónico».
Aunque la puerta principal da al Paseo de la Ribera, el solar del templo también recae a la calle Consolación y a la plaza existente en la calle Badanas, donde se conservan también los restos de lo que fue la sacristía.
Este templo se mantuvo activo y en uso desde la Edad Media, tras su construcción hasta finales del año 1976, en que fue cerrado al culto y su archivo y patrimonio trasladado a la iglesia del antiguo convento de San Pedro el Real, que a partir de ese momento se denominó parroquia de San Francisco y San Eulogio. El motivo de este cierre estuvo motivado en las fuertes lluvias de ese año, que fueron la gota que colmó el vaso de la resistencia del edificio, que se vio gravemente afectado por la erosión que la crecida del Guadalquivir había provocado en el meandro del Molino de Martos, situado en sus inmediaciones.