La situación era de absoluta normalidad, como explica el hermano mayor, “y estábamos aprovechando la tregua que nos daba el agua, tras una jornada bastante dura por causa de la lluvia”. Pasados unos minutos llegó una nueva pareja “para solicitarnos que redujéramos más el volumen”. Salamanca explica que les indicaron que ya lo habían hecho, pero que aun así lo bajaron de nuevo y se marcharon. “Estos últimos policías regresaron a las 01:30 y, con muy malas formas, exigieron que saliera el responsable y pidiendo el DNI”. El máximo responsable de la hermandad le preguntó por el motivo de su petición “y nos acusó con gritos de haber vuelto a subir el volumen de la música”.
Salamanca señala que, durante unos minutos estuvo ofreciendo explicaciones, “intentando hacerle ver a uno de los agentes que no habíamos procedido como él aseguraba”. Por ello, “le insistí en que estábamos recogiendo y que no habíamos modificado el sonido porque ya lo hicimos, cuando ellos mismos nos lo indicaron”. En ese momento mantuvieron una discusión en la que el hermano mayor quiso hacer ver al policía que no tenía necesidad de engañarle y que era responsable de su palabra. Asimismo, se acercó la primera pareja de agentes y Salamanca les indicó que “no tenemos necesidad de mentir. De hecho, hemos cambiado el ambiente que había hace unos años y aquí ya no se realiza botellón, por ejemplo”.
La sucesión de hechos no se detuvo ahí, ya que “cuando estábamos terminando de recoger y ya estaba la música apagada, la cocina cerrada y no servíamos nada, caía un fuerte aguacero y la gente que aún no se había ido se resguardó bajo las carpas”. Según explica Salamanca, un agente de la Policía Local, desde un coche, les indicó que “son las 02:10, como a y media haya gente aquí os denunciamos”. Ante la advertencia, el hermano mayor repuso que “habíamos cerrado y que ya no éramos responsables de la gente. Y le dije que estaba recogiendo, cansado después de una semana trabajando para preparar todo y mojándome, pero no sirvió de nada y tuvimos casi que suplicar a la gente que se fuera, para evitar males mayores”.
Por todo ello, el responsable de la cofradía de San Nicolás considera que “nos han tratado como a delincuentes” y asegura que “nos sentimos en una persecución constante”. Y pone un ejemplo esclarecedor. Una hora después, cuando regresaba a su casa en las calles aledañas al Bulevar de Gran Capitán donde hay varios establecimientos de ocio, “las colas de gente en la calle eran bastante grandes y allí no había ningún agente”.
La denuncia del Resucitado
En la mañana del viernes 28 de abril, el hermano mayor del Resucitado, Francisco Ruiz Abril, mostraba su profundo malestar por lo que consideraba “una falta de respeto” a la corporación que dirige. Ésta se debía a que los habían obligado a colocar los aseos de la cruz de mayo, justo debajo de donde se halla el retablo cerámico del titular de la cofradía, cuando desde la misma se había propuesto otro emplazamiento, que su responsable consideraba“totalmente viable, a la vuelta de la esquina (de la plaza Conde de Priego) donde no molesta”.
Pocas horas después de que Ruiz Abril expresara su protesta a La Voz de Córdoba, los operarios municipales se personaban en el emplazamiento donde la hermandad del Resucitado realiza su popular cruz de mayo. Estos retiraban los aseos de un enclave donde, como señalaba Ruiz Abril, no era normal que los obligasen “a colocar un sitio para que la gente defeque, debajo de la representación de una imagen sagrada”.
Desde la hermandad se informaba de que, con esta nueva medida, el Ayuntamiento accedía “a nuestras peticiones y de propio presidente de la Agrupación de Cofradías”. Por ello, la cofradía mostraba su agradecimiento, por reconsiderar la postura inicial, a los responsables del Consistorio.
Las disculpas de Aumente
El edil trasladaba públicamente este sábado sus disculpas a los responsables de la cruz del Císter, sobre la que se notificó, por un error de transcripción, de la imposición de una sanción por la Policía Local cuando no fue así. “Cuando se produce un error, en este caso al informar, hay que reconocerlo, rectificar y pedir disculpas”, subrayaba Aumente. Éste explicaba que aunque ya se ha disculpado de “una manera personal y directa con los delegados de la hermandad que monta su cruz en la plaza del Cardenal Toledo”, también quería hacerlo “públicamente” porque fue en una rueda de prensa donde el teniente de alcalde ofreció datos de incidencias de la primera noche de cruces en los que se deslizó dicho error de transcripción atribuyendo a la cruz que monta la corporación algo que no ocurrió.
Por último, Aumente expresaba su deseo de que la difusión de la información correcta sirva para reparar el perjuicio ocasionado y para seguir preservando la imagen que tiene la ciudadanía del esfuerzo y la misión solidaria de cruces como la de la Sangre; las cuales ayudan a mantener la actividad de asociaciones, hermandades y otros colectivos.
Las tres grandes incidencias de las cruces de mayo
El teniente de alcalde delegado de Presidencia y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Córdoba, Emilio Aumente, informaba en la jornada de este sábado de que primeras noches de cruces se habían desarrollado “sin apenas incidencias” y “solamente en algunas cuestiones” actuó la Policía Local, que impuso un total de 21 denuncias y acudió a la llamada de vecinos de las cruces de San Nicolás y de la Plaza de la Oca por molestias en el volumen de la música ambiente, que se solventaron tras personarse los agentes de la patrulla.
El malestar de la Sentencia
En San Nicolás, tal y como relataba el hermano mayor de la Sentencia, hubo notables discrepancias entre los responsables de la cruz y una pareja de agentes de la Policía Local. Nos sentimos en una persecución constante”, afirmaba José Antonio Salamanca. Su queja venía precedida tras un incidente que, en la noche del viernes al sábado, el responsable de la corporación de San Nicolás mantuvo con un agente de la Policía Local, en relación con la cruz de mayo de la cofradía. Y es que como explicaba Salamanca, al llegar la medianoche, una pareja de agentes se acercó, “de forma muy amable, para solicitar que bajásemos el volumen de la música. Así lo hicimos, delante de ellos, y nos mostraron su conformidad”.