En la nota hecha pública en la tarde del jueves, en la que se anunciaba la dimisión del concejal Rafael del Castillo, se explicaban como causa de la misma «razones personales y políticas». Pero en el texto se contenían otras expresiones que dejaban entrever que había algo más en la decisión del ya exconcejal de IU de abandonar el Ayuntamiento. La principal de todas es cuando hace alusión a «una correlación de fuerzas que no es la más favorable para llevar a cabo las políticas de izquierdas que nos gustarían».
Sobre esta frase se han destapado las más diversas interpretaciones, aunque la mayoría de ellas aluden a esa «correlación de fuerzas» en el seno del gobierno municipal, por lo que el principal destinatario de las críticas sería el PSOE, que no ha apoyado lo suficiente al hasta ahora concejal de Servicios Sociales. Aunque el propio interesado no quiso ayer pronunciarse sobre este asunto, sí dejó claro que a IU no tiene nada que reprocharle, que seguirá militando en ella, y guardó silencio cuando se le preguntó por sus socios socialistas.
Su compañera de grupo Amparo Pernichi señaló que Del Castillo «hacía tiempo que se sentía mal» en el gobierno municipal, defendió «el buen trabajo» que realizan sus cuatro concejales junto a los siete del PSOE y derivó la atención hacia el PP, al que culpó de que no salieran más proyectos adelante. «Está haciendo una crítica muy destructiva y es el no por el no», explicó. En igual sintonía se expresó la alcaldesa, Isabel Ambrosio, quien señaló que esa crítica a la «correlación de fuerzas» no implicaba en absoluto al PSOE sino al PP: «En decisiones donde no se puede ir solo ajustado a la mayoría, sino que deberían ser de ciudad, no se ha encontrado en todas las ocasiones con el apoyo de todos los grupos municipales».
En cambio, desde Ganemos Córdoba se evita entrar en esta teoría y se señala directamente a problemas internos en el seno del gobierno municipal que han motivado esta dimisión. Su portavoz, Rafael Blázquez, no titubea a la hora de señalar que a Rafael del Castillo «le ha faltado respaldo de arriba», en clara alusión a la alcaldesa, a la vez que ha defendido el trabajo realizado durante estos dos años, como la Oficina de la Vivienda, que ha sido «una verdadera trituradora de personas», ya que en la misma «no se ha puesto valentía, ni recursos, ni personal suficiente». Aunque, en su opinión, el asunto merece «un análisis más pausado», el comportamiento del PSOE en el cogobierno con IU le ha hecho alejarse de la realidad, porque «no son conscientes de la situación que hay en la ciudad».
Por si fuera poco, el sindicato CTA, el más crítico con la gestión municipal, ha salido en defensa de Rafael del Castillo con un comunicado en el que elogian la labor desarrollada en estos dos años y concluye que con su dimisión «no permite que IU en el Ayuntamiento de Córdoba sea una muleta del PSOE, ni de las políticas neoliberales y de derechas que este gobierno municipal está llevando a cabo».