La frase “Dios ha muerto” y una cruz invertida pueden apreciarse en la base de la estatua dedicada a Antonio Gómez Aguilar, ubicado en el Paseo de la Victoria. La escultura es atacada cíclicamente y, en el busto del sacerdote también aparecen pintadas. Si bien, y pese a ser un fetiche de quienes no respetan el patrimonio ni a las personalidades históricas de la ciudad, no es el único monumento atacado en las últimas horas en Córdoba.
La ciudad ha tenido diversos puntos negros, como el Campo de San Antón. En ese enclave, la base del Triunfo de San Rafael también ha sido atacada por el espray, como han denunciado vecinos de Córdoba, como María Dolores Gómez, en redes sociales.
Ese también ha sido el medio por el Ana Moreno ha mostrado el tratamiento dado al busto de otro cordobés ilustre, Cipriano Martínez Rücker. Su monumento ubicado en los Jardines de Agricultura aparece pintado con una especie de corbata que, lejos de producir una sonrisa, deja la constatación de actitudes incívicas, cada vez más extendidas en Córdoba.