La odisea de ser peatón en un día de lluvia


Sortear charcos, losas sueltas y no acercarse a la orilla de la carretera son algunas de las precauciones para no llegar a tu destino empapado

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Un vehículo levanta el agua acumulada por la lluvia./Foto: BJ

Caminar por numerosas calles de Córdoba, durante un día de lluvia, es una prueba que muy pocos transeúntes pueden superar -llegando secos a su destino- en la capital cordobesa. Y es que en un buen número de las calles de la ciudad -también las del centro, que son las más transitadas- suponen una auténtica prueba para el peatón.
Sortear los charcos, las losas sueltas y no acercarse a la orilla de la carretera son algunas de las precauciones que tiene que tener presentes el peatón para no llegar a casa o al trabajo con lo medio cuerpo empapado. De hecho, en un paseo desde Cruz Conde hasta la Avenida de las Ollerías en una jornada como la de este jueves se puede comprobar que, cuando no es la evidente acumulación de agua -con alcantarillas que no tragan, por ejemplo- es la loseta de turno la que te cala el zapato y salpica casi hasta la altura de la rodilla.

Y es que, como denunciaba ayer la cuenta Desde la Calle la mínima cantidad de agua caída este miércoles (3,5 mm) sobre Córdoba, no era aval para que vías como la antedicha Gondomar presentara numerosos charcos. Además, otro de los problemas que han denunciado es que los adoquines que conforman el pavimento estaban sueltos, en su amplia mayoría. Un hecho que inevitablemente lleva a numerosos peatones a sufrir doblemente los rigores de la lluvia, puesto que además de los charcos han sufrido salpicaduras al pisar el pavimento suelto.
Este tipo de denuncias se vienen sucediendo durante bastante tiempo y, si bien, espacios como el bulevar del Gran Capitán han sido objeto de obras, a tenor de lo visto hoy no parece que hayan sido demasiado efectivas.