Los tres grupos municipales de izquierdas andan a la gresca a cuentas del callejero denominado franquista al entender Izquierda Unida y Ganemos que el PSOE está actuando con tibieza y no con la celeridad que ellos demandan para cambiar el nombre de unas calles que no ha generado el anunciado consenso político ni social.
Tras las aprobaciones pertinentes en la Gerencia de Urbanismo y en la Junta de Gobierno Local, la responsabilidad ha pasado a manos de la Delegación de Movilidad, en manos del PSOE, que es la responsable de la colocación de las nuevas placas. El ocultismo con el que el gobierno municipal ha gestionado este asunto ha hecho que salte por los aires al cambiarse la rotulación sólo en dos calles y no en todas.
Ayer, la concejal de IU Alba Doblas ha reivindicado que este cambio se produzca en el plazo «más breve posible», a la vez que ha criticado a sus socios de gobierno, el PSOE, por «la lentitud» cuestionando que no se explica «por qué se tarda tanto» en el cambio de nombre de las calles consideradas ‘franquistas’ por el gobierno municipal.
Ante este desencuentro interno en el seno del cogobierno, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, no ha tardado en responder y señalar que «se va a seguir haciendo de manera gradual» sin aclarar fechas ni plazos. Para justiciar los retrasos que tanto enervan a sus socios de IU, la regidora ha derivado las responsabilidades hacia el calendario, al explicar que «hay una fecha por delante en la que los técnicos del Ayuntamiento tienen otras muchas tareas, como la Semana Santa y las fiestas de mayo».
Pero a Ambrosio no le han llegado las críticas sólo desde IU, sino que también se ha sumado Ganemos. Su portavoz, Rafael Blázquez, ha afirmado que «llevamos ya cuatro meses de 2019 y la realidad es que se corre el peligro de que acabe el mandato y no se haya llevado a cabo un cambio muy demandado por la ciudad y que ha costado años poderlo aprobar», a la vez que se ha mostrado «preocupado por que algo tan sencillo no se haya sido capaz de ejecutarlo en tiempo y forma».