Paco Díaz, fotógrafo rockero: “La música no es culpable de estos rebrotes”


Reconoce que ya no acude a tantos conciertos en un día como hace unos años, no sólo porque con la crisis sanitaria estos han bajado en número, sino que la edad ya le pasa factura. Paco Díaz, (Córdoba, 1958)  ha pagado otras facturas del calibre de dos infartos en el corazón, aunque sigue fumando. Carpe diem. Los rockeros son así, porque Paco no se considera un fotógrafo, sino un rockero, o un fotógrafo rockero, en realidad. Se fue a Barcelona ya crecido, en el 2004, cuando Zapatero se sacó de la manga tantas cosas, entre ellas la emigración como medida para dinamizar la economía. Un presidente muy original, como recordarán. Paco se fue desengañado por el trato de su tierra y las pocas oportunidades que  a veces la cicatera ciudad califal ofrece,  pero regresó al cabo de los años porque echaba de menos a su gente y a Córdoba. Como en su hambre manda él, decidió que “si me moría de hambre lo haría en mi tierra”. Y regresó. Y se reinventó. La reinvención que ahora está tan de moda es un ejercicio habitual en nuestro protagonista. Desempolvó la vieja Canon que guardaba en un armario y decidió qué hacer con su vida. Y se puso a hacer fotos. Y a ir a conciertos. Y descubrió el poder de las redes sociales. Y le echaron una mano fotógrafos como Miguel Castillejo y José R. Cano. Y hoy está aquí con nosotros, desayunando en su bar de siempre para los desayunos porque tiene otro bar de siempre para la cerveza, todo en torno a un universo doméstico cerca de la Plaza de Andalucía. Universo fotografiado cada día. La cotidianidad compartida.

Aunque le pierde el rock’n’roll, no se dejen confundir: nuestro fotógrafo también desarrolla una excelente tendencia al retrato y al paisaje urbano. Preferiblemente en blanco y negro. En 2017 también dedicó el cariño de su objetivo a la Semana Santa porque no hay fotógrafo que se resista a tal riqueza estética.  Y aunque se rodea de bellezas espectaculares para ‘sacarles algo más que el físico’ siempre regresa a Mercedes, su musa y esposa, que en cierta manera está más presente en sus fotos que todas las ‘Fender’ y modelos retratadas.

 

 ¿Cómo descubres que una afición como la fotografía se puede convertir en tu medio de vida?

Cuando aprendo algo más de lo que ya sabía (ríe). Me gusta la música en directo. Fui a un concierto de Derby, de su banda La Sonrisa del Lobo, y le hice un reportaje. Ahora me avergüenzan esas fotos, la verdad. A partir de ese concierto comencé a compartirlas por Whatsapp. Ellos me pedían poder utilizarlas y que diera mi perfil de Facebook, pero yo no tenía Facebook entonces. Andrés Quesada, guitarrista del grupo, y Mikel de la Riva, de El Hombre Gancho, me insistieron en que me creara un perfil. Y así lo hice. Al cabo de un mes no sólo tenía muchos seguidores sino que compruebo que mi trabajo gusta, y claro, me doy cuenta de que debo mejorar, aprender más. Y desde entonces ha sido un no parar. Si podía colarme en una pasarela de modas, allí que iba. Tenía que buscar mi estilo.

Aunque has entrado en la fotografía como pidiendo permiso.

Pidiendo permiso y aguantando codazos.  A los primeros eventos que acudía con compañeros tenía que esquivar codazos. Aprendía a colocarme donde no estaban todos y así conseguir una foto diferente a la de ellos, que solían tener la misma perspectiva. Pero con máquinas buenas, eso sí. Yo no tenía una gran cámara pero me propuse que fuera mi foto la que gustara. Y en eso hay un trabajo detrás,de edición en el ordenador para mejorarla o darle otra versión de lo que el resto va a publicar. Llegó un momento, no obstante, en que necesité una cámara en condiciones y tardé como un par de años en conseguirla. Ahora tengo un cámara buena, la foto como la quieren ellos – de calidad- pero un bagaje tras de mí que muchos compañeros no tienen, porque seguramente ese aprendizaje no lo tuvieron que pasar. Contaban con una rapidez que yo no podía alcanzar y me lo tenía que currar mucho.

Tú conociste la escena musical rock y pop de la Córdoba de los 70 y 80 ¿Cuánto ha marcado eso tu vocación y especialización en la fotografía?

Viví aquella época pero varios pasos atrás, no tan cerca como ahora. Era un aficionado y no mantenía el contacto que ahora tengo con los músicos, después de un concierto, por ejemplo. He conocido a gente que ahora estoy tratando como amigos y que los vi tocar en su momento, en sus primeras formaciones. Randy López, con Expresión ,a los que vi desde el principio, pues ahora soy amigo de él pero entonces era un espectador más, no estaba tan involucrado como ahora. Pero esa época me aportó cultura musical, no solo en conciertos, sino con la radio que se hacía entonces y las tiendas de discos especializadas que traían cosas que no solían llegar a los circuitos habituales. Eso, como digo, me ha aportado una cultura musical que me ayuda a apreciar lo que creo que es bueno, que me gusta y que puedo comunicar con mis fotografías. Que el espectador sepa que la fotografía refleja música de calidad, también.

Dos motivos principales en tu fotografía: uno es la música, las actuaciones en directo. El otro, la mujer.

Busco caras nuevas, que tengan cierto atractivo. No necesariamente mujeres guapas. He tenido la oportunidad de contar con modelos profesionales casi desde mis inicios, pero soy más dado a buscar una cara desconocida, no necesariamente una modelo. Si le veo algo a ese rostro, a esa chica,  voy en su busca hasta que me lo da en la foto. Es curioso: antes te hablaba de codazos y en este tema, con las modelos, y aunque yo me considero un principiante, he sufrido la ‘pelusa’ de compañeros que solían publicar fotos con las mismas modelos con las que yo hacía sesiones pero unos días más tarde…

He tenido la oportunidad de contar con modelos profesionales casi desde mis inicios, pero soy más dado a buscar una cara desconocida, no necesariamente una modelo.

Me sorprende que sigas calificándote de principiante cuando en realidad llevas en esto algunos años.

Es que hay un montón de cosas que yo aún no toco. Por ejemplo, solo hasta  poco antes del confinamiento he comenzado a realizar fotomontajes que anteriormente no hacía. Y he tardado porque he preferido aprender a hacer antes otras cosas y a definir mi estilo, sin abarcar demasiado.

Lo digo porque ahora son los grupos de música los que te llaman a ti para sus fotos.

Pero porque ya no voy a tantos conciertos. Tengo mi récord en 5 conciertos en un sábado, desde las dos de la tarde a las dos de la madrugada. Ese ritmo no lo puedo seguir por más que quiera. Antes daban por seguro que Paco iba a hacer fotos pero ahora ya no, así que suelen localizarme para ver si puedo cubrir su bolo. Los Sherish, estos jerezanos tan buenos que hacen rock andaluz, y que han tocado con Randy López o Miguel Galán, vinieron a Córdoba hace tres años y me llamaron a mí, sin conocerme personalmente. Vieron cosas mías y en esa ocasión además tocaban con gente como José Rafa o Manuel Escudero. Querían video y fotos, y para el vídeo contacté con otro compañero y yo me encargué de las fotografías. Mis fotos no son mejores ni peores que las de otros compañeros, pero sí comunican, cuido los detalles, y eso sirve para que el grupo se promocione más y llene la sala en un próximo concierto. Con una buena imagen es como vendemos todo hoy en día.

Tengo mi récord en 5 conciertos en un sábado, desde las dos de la tarde a las dos de la madrugada. Ese ritmo no lo puedo seguir por más que quiera.

Ahora pocos conciertos hay…

Ahora pocos y en estos meses atrás ninguno. Y es una pena, porque creo que la música no es culpable de todo lo que puede estar ocurriendo, de estos rebrotes. No tiene nada que ver. Yo estoy yendo de nuevo a conciertos con las medidas de seguridad, tanto al aire libre como en locales, y hay que reconocer que se están cumpliendo todas las medidas habidas y por haber de contacto, mascarillas todo el rato, con los de seguridad pendientes de que no haya aglomeraciones… Ese es el camino aunque se tarde en recuperar la normalidad, como está ocurriendo con la hostelería y otras actividades. Esto va a costar, y va a llevar su tiempo, claro.

Has comentado que te costó incorporarte a una red social como Facebook y ahora creo que Paco Díaz, sin Facebook casi que no se entendería.

Bueno, no sé… (ríe). Igual hay compañeros que le dedican más tiempo, pero es que, claro, es mi escaparate. Es donde se ven mis fotos, por donde me piden trabajos.

No solo es un escaparate. Tú mantienes una relación muy importante, en algunos casos de amistad, con la comunidad de seguidores que tienes.

Sí, y creo que eso ocurre quizás por ser rockero. El que es rockero está abierto a todo tipo de música porque sabe que está siguiendo la mejor. En definitiva mis fotos no son solo tipos tocando la guitarra, sino un ejercicio de comunicación. Una foto va creciendo con retoques, con los comentarios que me hacen, con la frase que quiero que transmita. Hay gente que he conocido de manera personal después de tenerlos en los  contactos, como a un paisano que se fue hace muchísimos años a Australia a trabajar, que se ha jubilado allí y viene a Córdoba de vez en cuando. Era seguidor mío y llegó a buscarme para conocernos, porque le gustaban mis fotos. O un fotógrafo de Bilbao, que se acercó a uno de los sitios donde suelo tomar una cerveza – y hago foto- y vino a visitarme. He conocido gente majísima.

¿Cómo hace un rockero fotos de una boda?

La cajera del supermercado tiene la culpa (risas), que hay que pagar la comida. En realidad, la fotografía es un trabajo que casi siempre he hecho para mejorar el equipo. He trabajado en un par de ellas. No me publicito como fotógrafo de actos familiares. Me ha llamado algún compañero para que trabaje de apoyo, pero no me gusta, la verdad. Es como los músicos que en verano tocan en orquestas aunque no le guste, pero tiene que comer, claro. Me han buscado conocidos y me han pedido el favor, y yo lo he hecho. Hablo de mi círculo cerrado de amigos. Pero estoy mejor en un concierto de rock, qué quieres que te diga… O con una modelo.

No me publicito como fotógrafo de actos familiares. Me ha llamado algún compañero para que trabaje de apoyo, pero no me gusta, la verdad.

Las redes sociales como escaparate están muy bien, pero ¿hay alguna exposición prevista en el futuro?

Sí, la hay. Ya tuve prevista una hace un año, pero la paré. No estaba muy convencido. En realidad eran dos proyectos: uno que descarté totalmente porque no me gustó cómo lo ofrecieron,  y el otro por falta de tiempo. Y encima llegó el covid. Será un proyecto cultural en el que mis fotos estarán junto a textos centrados en alguien y sobre temas concretos. Podríamos haberlo agendado para septiembre, pero con este tema de la pandemia todo se ha retrasado. En cuanto a la exposición en sí, espero que para primavera. Está organizada por alguien que me ha insistido mucho, pero no puedo decir más.