Adolfo Molina, presidente provincial del PP en Córdoba: “Nosotros no podemos ser los cenizos de los pueblos”


Adolfo Molina / Foto: Jesús Caparrós

Presentarte a una elección como único candidato te facilita mucho el recuento de votos. Y los nervios en la tarde noche electoral se atemperan, claro. Adolfo Molina (Cabra, 1975) en realidad se enfrenta a una reelección, que es un enfrentamiento electoral moderado, tan moderado como el Partido Popular lo viene siendo en estos convulsos y polarizados tiempos. Molina ya ejerce de presidente cordobés de la formación centrista, y lo será de nuevo después del XVI Congreso Provincial que se celebrará el próximo 13 de marzo con carácter extraordinario – ya lo es hacerlo semipresencialmente por la pandemia-  porque su única candidatura no es cuestión de déficit democrático (eso que ahora preocupa tanto a los comunistas, qué cosas) sino producto de la unión que en estos años los populares disfrutan de cordobesas maneras. Molina es hombre de consenso y eso se nota, no solo porque se graduara como Técnico Superior en Relaciones Institucionales y Protocolo, sino porque lo lleva en su forma de ser, de hablar, de pensar. Se ha confesado en más de una ocasión enamorado de la España de la Transición, o sea, de un país que supo superar diferencias y abrazar la democracia, y que ahora se nos ha olvidado o algunos tratan de menospreciar. Pero Adolfo Molina no es un nostálgico sino un hombre contemporáneo, atento a las nuevas formas y maneras, a cómo nos comunicamos, a lo que se dice más allá de las moquetas. Y además tiene un podcast, lo cual ya lo convierte en merecedor de nuestro afecto. El congreso popular se celebrará en el Teatro Griego del Campus de Rabanales, pero no habrá tragedia. Tampoco comedia: por delante quedan dos años de trabajo serio para que la provincia amplíe el color azul en sus comarcas.

Adolfo Molina / Foto: Jesús Caparrós

 

¿Ilusionado ante el congreso provincial?

La verdad es que sí. Muy ilusionado porque cuando dijeron que se convocaba el congreso lo primero que hice, antes de anunciar que me presentaba a la elección, fue una ronda de llamadas a todos los compañeros, con presidentes de muchos pueblos y los alcaldes. Y lo que vi fue que todo el mundo apostaba por la continuidad y por mi persona. Y ver que tanta gente te apoya, te quiere y muestra su cariño, ilusiona. El trabajo de un presidente no es muy de cara al público sino más de ‘trastienda’ – que reconozco  que me gusta ese papel- y ver que la gente valora tu trabajo ilusiona, claro.

Sobre todo en el PP cordobés donde no siempre ha sido así. Solía haber ‘interferencias’ entre la capital y la provincia.

Sí. Yo mismo he sido presidente de una junta local. Entre 2005 y 2017 fui el presidente del PP de Cabra y es verdad que cuando llegué a presidir el partido existía ese malestar de fondo. Al final había que romper esa dicotomía o injerencias entre la provincia- los pueblos- y la capital. Todos estamos en el mismo barco y hay algo que yo tengo muy claro – que creo que fue parte del éxito que tuvo el partido en Cabra- y consiste en saber que nadie de fuera va a venir a hacer el trabajo que tenemos que hacer nosotros. Y aquello funcionó: el PP de Cabra fue avanzando en resultados y ahora tiene uno de los gobiernos más sólidos de la provincia, producto de romper esa tensión entre la capital y los pueblos. Aquí lo que tenemos es ayudarnos entre todos.

Yo tengo muy claro – y creo que fue parte del éxito que tuvo el partido en Cabra- que nadie de fuera va a venir a hacer el trabajo que tenemos que hacer nosotros.

Y confeccionar ahora listas electorales en los pueblos también es más fácil para el PP que hace 20 años, por ejemplo.

Recuerdo que hicimos un acto muy bonito justo antes de la pandemia, para el 28 F del años pasado, en el que homenajeamos a todos los que habían sido diputados durante estos 40 años en el Parlamento andaluz. Entre ellos estaba Antonio Hernández Mancha, que fue presidente del PP de Córdoba, y nos contaba cuando iban a los pueblos a buscar candidatos y tenían que decir que eran tratantes de aceite para no identificarse, en ese momento, como miembros de Alianza Popular, porque aquello no estaba muy bien visto. Hoy día es más fácil pero sí es verdad que la pandemia ha traído un problema para eso, porque, en los sitios que el partido funciona, una reunión por Zoom (videoconferencia) te facilita mucho el trabajo y, por ejemplo, me puedo reunir con tres o cuatro municipios sin moverme de mi despacho o de casa, pero en aquellos sitios donde no hay estructura  o hay que ir a buscar gente ¿eso cómo se hace por Zoom? Es complicado.

Pues a estas alturas de pandemia esos impedimentos suelen estar superados.

Bueno, ahora viene esa fase que es la de los congresos locales tras el congreso provincial. Durante el congreso provincial se fortalece la estructura del partido para después hacer un trabajo que es muy importante y que consiste en salir a la provincia para tener una estructura sólida para enfrentarnos a unas elecciones que, con pandemia o sin ella, hay que hacer en mayo de 2023, o sea, las elecciones municipales. Y eso se hace trabajando la base con mucha antelación para trasladarle a los ciudadanos un proyecto de gobierno. Cualquier candidato necesita tiempo.

¿Ese es ‘el nuevo impulso’ al que se refería el presidente de la comisión del congreso, Antonio Repullo?

Claro, un congreso siempre es un momento de impulso, porque llamas a todas las bases y los haces partícipes de la elección del presidente. La votación que va a tener lugar el 5 de marzo, antes del congreso, es una cita en la que todos los afiliados están llamados a participar para tener en sus manos ese voto directo al presidente, aunque hay un solo candidato. Espero que me voten (ríe). Luego ya los compromisarios son los que voten el día del congreso, el 13 de marzo. Pero es un momento que impulsa al partido, que te hace volver a conectar con muchos compañeros y que nos tiene que servir para renovar también ciertas maneras e ideas.

Te cuento las que he propuesto al partido para que las trabaje de cara al congreso, porque estoy muy ilusionado con el resultado que puede salir de allí. Una consistirá en un comunicado con el que quiero que le demos una pensada a los proyectos que necesita Córdoba. No podemos seguir retocando cosas porque alguien del PSOE lo prometió hace 40 años para ganar unas elecciones. Hay muchas que prometieron y que son necesarias, pero quizás hay otras que hay que repensarlas. Y sobre todo tenemos que ver qué queremos nosotros. Insisto: no porque lo haya pedido el PSOE – que normalmente es una promesa incumplida y metida en un cajón- sino porque hay necesidades nuevas en una provincia después de tanto tiempo. Veamos en 2021 qué proyectos son necesarios. Un ejemplo es el de la nueva base logística del Ejército, que nos ilusiona mucho. Pues eso va a requerir de más proyectos complementarios, o sea, necesidades que no había hace un mes y ahora sí existen.  Quiero que trabajemos en esa línea, repensando todo lo que necesitamos. Y por otro lado existe un grupo de compañeros que están trabajando ya sobre el partido del año 2021. Lo que te comentaba antes; que hace años teníamos que decir que éramos tratantes de aceite y ahora tenemos unas herramientas de comunicación que hace solo un año no usábamos. Tenemos que hacer un partido que utilice esas herramientas, que lo haga con transparencia, que si uno da su voto para algo sepa que su voto cuenta; que el afiliado participe directamente en la vida del partido. Algo también en lo que estamos trabajando es en organizar el trabajo territorial del partido con herramientas que nos permitan cruzar la actividad política con los datos electorales. Cosas que no teníamos y que creo que debemos utilizar para dar transparencia, dar cuenta a los afiliados del trabajo de los cargos y para muchas cosas que no se hacían antes. El PP es un partido que tiene que adaptarse al año en el que estamos y a una pandemia con herramientas que ya han venido para quedarse.

Supongo que no es lo mismo celebrar un congreso provincial cuando además se gobierna en la Junta ¿no?

El gobierno de la Junta es una responsabilidad y muchos de los compañeros que participarán en el congreso son miembros ahora mismo de ese gobierno, algo impensable no hace tanto. El presidente del comité organizador es delegado del Gobierno (Antonio Repullo). Y está haciendo un trabajo increíble. Eso me llega no solo de los alcaldes del PP sino de los alcaldes de cualquier signo. Siempre está ahí, las 24 horas, cogiendo el teléfono, dando respuesta a todas las necesidades que surgen en la provincia, sin vender motos a nadie sino yendo con la verdad por delante. Y esa es una figura que tenemos, importantísima, en Córdoba, y por eso yo quería que fuese quien dirigiese el comité organizador, que fuese la cabeza del partido en este momento.

Adolfo Molina / Foto: Jesús Caparrós

Y bueno, contar con el apoyo del consejero de Salud, Jesús Aguirre, que vino a firmarme el aval, pues estamos hablando de alguien que ahora mismo tiene, nada más y nada menos, que la responsabilidad de nuestra salud en unas circunstancias complicadas. Eso es importante. También los afiliados te piden y te exigen más, porque estás en el Gobierno de la Junta de Andalucía, y te exigen porque quieren respuestas a los muchos problemas que hay, y a eso es a lo que se tiene que dedicar el partido: a solucionar problemas, no a estar enredados en historias internas que no le interesan a nadie.

Los afiliados te piden y te exigen más, porque estás en el Gobierno de la Junta de Andalucía, y te exigen porque quieren respuestas a los muchos problemas que hay.

¿Han notado un descenso de afiliados en los últimos años?

Tengo que decirte que no. Seguimos con los mismos números de afiliados, más o menos, que teníamos – en torno a los 11.000- en la provincia. Hemos tenido algún caso de quien se dio de baja para irse a otras formaciones políticas y ha pedido volver. Aquí tenemos las puertas abiertas para entrar y para salir. Y tengo que decir también que en momentos complicados, como el de la moción de censura de VOX al Gobierno – que decían que venían los afiliados a darse de baja- aquí hubo cuatro bajas y dos de ellas se habían dado ya de baja antes. No ha habido un descenso, pero estamos en un momento con un ambiente tan polarizado que la participación política tiene que seguir siendo importante. Es la herramienta que tenemos en democracia y es bueno que se emplee a través de instrumentos como son los partidos políticos. Y al final unos surgirán, otros se irán; aparecerán unos y desaparecerán otros, pero es a través de los partidos como hay que construir la democracia.

En cualquier caso, el centro derecha muestra más unión en Andalucía que en el resto de España.

Es verdad que aquí desde el centro derecha tuvimos muy claro que teníamos que ponernos de acuerdo, tras el resultado de las elecciones autonómicas, para hacer historia y desalojar al partido socialista después de 40 años de gobierno. Creo que nadie podía haberse permitido el lujo de no favorecer ese cambio, cuando estaba en nuestra mano. Hubo un acuerdo generoso por parte de todos de una coalición de dos partidos – Ciudadanos y Partido Popular-, y también la generosidad de un partido como VOX que permitió ese cambio de gobierno.

Y ahí estamos. Hay veces que es más fácil llegar a acuerdos y otras que cuesta más. Somos formaciones diferentes en alguno de los postulados pero creo que el gobierno está funcionando bien y las cosas se están sacando adelante en el parlamento. A veces se olvida que no hay mayoría absoluta y los decretos que saca el Gobierno si el Parlamento no los convalida, esos decretos no siguen adelante, con lo que necesitamos hablar mucho, pactar y en ocasiones ceder unos y otros. Eso está ocurriendo en el Parlamento, por cierto, con una figura como la del portavoz del PP José Antonio Nieto, que está haciendo un alarde de diálogo con unos y otros para sacar cuestiones adelante digna de elogio.

Esa virtud para el diálogo que destaca de José Antonio Nieto no parece que sea la de Pablo Casado en relación con VOX, por ejemplo.

Creo que esa capacidad de diálogo también está en el presidente nacional. Cuando se forma el Gobierno en Andalucía es con Pablo Casado como presidente nacional del PP, y de hecho con una gran implicación de la dirección nacional en ese acuerdo. Un acuerdo que no solo se produce en Andalucía, sino en otras comunidades autónomas y ayuntamientos en los que con la implicación de la dirección nacional y del presidente Casado, se cierran esos acuerdos. Otra cosa es que en un momento dado, con esa moción de censura  que incluso algún dirigente de VOX dijo que era contra el PP, nosotros dijésemos en qué posición estábamos. Creo que somos partidos diferentes, con muchas cosas que nos unen, pero otras que no son iguales y que las decimos.

Hacemos esta entrevista con las calles de Barcelona destrozadas y ardiendo. Frente a eso, parece que hay una falta de unidad de acción de una gran parte de España que, evidentemente, no quiere eso.

Está claro que mientras el centro derecha siga desunido, Sánchez e Iglesias van a estar encantados, porque hay tener un proyecto que aglutine a todo lo que está a la derecha del partido socialista. ¿Cuál creo que es nuestra responsabilidad? Bueno, pues estamos trabajando en ello todos los días y es hacer un proyecto atractivo para que la base, los votantes, vuelvan a aglutinar su voto en torno a una alternativa al gobierno socialista o al ‘gobierno Frankestein’ de Sánchez, Iglesias y demás socios.

Aunque parece que el Partido Popular en los últimos años, más que un proyecto claro, lo que ha ‘vendido’ es gestión, y quizá se ha dejado en el camino la identidad y la ideología.

Una cosa y la otra tiene que ir unidas. La ideología sola, sin gestión, no va a ningún sitio. Hay gente que no ha estado ni en una comunidad de vecinos, como quien dice. Y al día a día de un ayuntamiento o una comunidad hay que llegar ya con una cierta experiencia. El Partido Popular pone encima de la mesa una experiencia de gestión, fundamentalmente municipal, que luego se nota. A mí no me sirve de nada mucha ideología que luego no sepas llevar a la práctica, porque hay que saber gestionar. También te digo que la gestión debe de tener un soporte ideológico. Yo sigo sintiéndome en los principios ideológicos que el Partido Popular ha tenido siempre en cuanto a la libertad, el anteponer a la persona en el centro de sus políticas y en algo que no se da en otros proyectos, como es creer en Europa. El proyecto europeo es lo mejor que le ha pasado al continente después de un siglo de guerras, que nos ha permitido vivir en paz y progresar, y ha traído muchos beneficios también a nuestro país.

Y también creemos en el estado autonómico, que con fallos y ajustes que habría que hacer, nos ha permitido convivir a los españoles bajo una Constitución, la primera que no se escribe desde una mitad contra otra mitad. Para poder convivir todos los territorios de España inventamos un modelo de Estado que ha funcionado muy bien durante mucho tiempo.

Volviendo a tu pregunta, creo que tiene que haber gestión y tiene que haber ideología, pero no cada una sola.

Ha hablado usted del peso del municipalismo y ese sigue siendo un reto en la provincia de Córdoba. ¿Cómo piensan ustedes hacer llegar su mensaje y presencia en municipios que tradicionalmente han votado socialista?

Bueno, hay cosas que parecían que no iban a llegar nunca y llegaron. Hoy, un gran alcalde del Partido popular es el alcalde de La Rambla, conocido aquello como ‘la campiña roja’. Y ahí estuvo Jorge (Jiménez)  trabajando día a día durante mucho tiempo y consiguió lo que fue histórico, igual que en su día tuvimos el ayuntamiento de Montilla. En mi pueblo, Cabra, tampoco habíamos gobernado nunca. Y es verdad que allí había habido muchos mandatos del Partido Andalucista y quizá nosotros no habíamos ofrecido esa alternativa atractiva para que nos votasen los ciudadanos, y lo conseguimos. Hoy día, el 60% de los cordobeses tienen un alcalde del Partido Popular, que es algo que parece que no le damos valor, gracias fundamentalmente a la alcaldía de Córdoba que suma un número de ciudadanos importantísimo. Pero es que aparte de Córdoba, tienes Cabra, Priego, Pozoblanco, La Rambla, Baena -también histórico después de 40 años de socialismo- y otras alcaldías como las del Valle de los Pedroches.

Yo creo que no hay nada imposible. Lo que sí le pido muchas veces a los compañeros que tienen la generosidad de enfrentarse a unas elecciones y poner su cara en un cartel- que no es nada fácil- es que ofrezcan proyectos. Pienso que la política no la podemos hacer solo con críticas, y creo que nos ha pasado que no hemos ofrecido proyectos en positivo. Hay que decir cómo sacar un pueblo hacia adelante, y hay que explicarlo con tiempo y no unos meses antes. Nosotros no podemos ser los cenizos de los pueblos, y a veces ha ocurrido porque solo hemos señalado lo que está mal. Tenemos que ofrecer soluciones. Hacerlo con tiempo y con los lenguajes que hoy en día mandan en la política. Creo que ahí a veces fallamos, porque en la actualidad hay un lenguaje en la política muy emocional y creo que hemos pecado de ser demasiado racionales. Las candidaturas deben ser reflejo de la sociedad a la que queremos servir y quizá no se trata de presentar licenciados sino gente que sea querida en sus pueblos.

Pero que con trabajo constante y diario las cosas se consiguen. Y el ejemplo es La Rambla.

Con trabajo constante y diario las cosas se consiguen. Y el ejemplo es La Rambla.

¿Apuestan entonces por esa ‘emocracia’ más propia de la izquierda y los sectores progresistas?

Hoy día se ha polarizado todo tanto con las emociones que parece que nos nublan. Antes hablabas de los disturbios en Cataluña, que son graves, pero más grave es que parte del Gobierno que esté a favor de los que están saqueando las tiendas y enfrentándose a la policía. Poner la razón frente a eso a veces cuesta porque hay un discurso muy emocional. Yo no estoy diciendo que compremos ese discurso emocional, pero sí ofrecer un proyecto. Y para transmitir ese proyecto tenemos que poner emoción, si no, no llega.

Hablando de nuevos lenguajes y canales de transmisión… Se ha hecho usted ‘podcaster’.

Pues sí, ya tuvimos ocasión de hablar de eso. Hay que buscar todos los canales para llegar a los ciudadanos y mis compañeros y yo lo hacemos en un podcast de manera distendida. Hoy en día la tecnología te permite grabar con un teléfono móvil, y me gusta que los ciudadanos vean otra imagen de la política, que es lo que queremos trasladar. Al final es como es uno. Yo también tengo la radio metida en vena, porque mi padre trabajó toda su vida en Radio Nacional y la verdad es que hacer radio a mí me gusta, me apasiona y me sale casi de manera innata.