El Parque del Flamenco está en estos momentos al 35/40 por ciento de ejecución, le falta aún por plantar los árboles y las praderas, y como explica el alcalde, José María Bellido, que es vecino de la zona, cada día, a la caída de la tarde, es utilizado para la práctica deportiva por numerosos cordobeses.

Esta enorme extensión de más de 100.000 metros cuadrados está situada entre La Arruzafilla y la avenida de Turruñuelos, junto a San Rafael de la Albaida. Está considerada como una pieza del anillo verde que rodeará la ciudad de grandes espacios verdes, como los parques del Canal, Levante o El Patriarca y su culminación está prevista para el mes de noviembre.

Como ha explicado el alcalde, desde que en enero comenzaron las obras, adjudicadas en 276.000 euros, ya está ejecutada toda la urbanización y la obra civil. Aún faltan por plantar 570 especies arbóreas, así como las praderas, pero hay que esperar a finales de septiembre o principios de octubre, ya que con el calor de estas fechas no se puede realizar ninguna plantación.

El gobierno municipal ha incorporado en esta primera fase del Parque del Flamenco el riego de la vegetación, que no estaba contemplado en el proyecto originario. Del mismo modo, y a petición de los vecinos, en la segunda fase, además del mobiliario urbano, se realizará el alumbrado, que tampoco esta previsto por el anterior equipo de gobierno.

El Parque del Patriarca, «muy pronto»

Bellido ha anunciado también que en noviembre se procederá a la plantación de unas 200 especies en el Parque de Levante para reponer aquellos ejemplares que no han arraigado o que han resultado dañados. Además, ha informado de que «muy pronto» va a comenzar la actuación prevista en el Parque del Patriarca, así como que antes del final de año se culminarán los proyectos de otras zonas verdes que se acometerán de inmediato, como es el caso del Parque del Canal.

El alcalde ha explicado que esta actuación para incrementar las zonas verdes de la capital ya estaba contemplada en el PGOU, pero en las últimas décadas ha crecido la ciudad en sus usos lucrativos pero no en estos equipamientos, por lo que ha afirmado que «es una herida, una costura que había que cerrar».