«La gente en la calle molesta mucho a los que hacen política en los despachos»


Rosa Díez abre el ciclo 'España en concordia' haciendo un llamamiento a la participación activa de los ciudadanos para defender las instituciones democráticas

Díez

Que atrapen al golpista huido Puigdemont en Cerdeña es un excelente noticia. Que ese momento lo vivas al lado de Rosa Díez lo convierte en todo un lujo: esa mujer estaba anoche exultante de alegría y no solo por las atenciones gastronómicas de Paco Rosales en el Puerta Sevilla. Una felicidad con brindis incluido que corrobora todo lo que viene haciendo y todo lo que nos ha contado minutos antes en el salón de actos de la Fundación Cajasol, o sea, su españolidad decente.

Porque hay una españolidad indecente a la que Rosa Díez le pone el adjetivo de ‘psicópata’ y no se corta. De hecho es algo que viene repitiendo desde hace mucho. El psicópata, por si no lo han captado, es Pedro Sánchez «capaz de todo por perpetuarse en el poder».

Rosa Díez ha acudido esta semana a la invitación de este diario para participar en el ciclo ‘España en concordia’ que de forma mensual propondrá a los lectores, usuarios y seguidores de La Voz de Córdoba distintos temas que nos incumben a todos como españoles. Quisimos hablar en esta primera cita de la ‘memoria histórica’ y desde luego que la ejercimos. Una memoria que habló de muerte y asesinatos en el País Vasco, de la creación de ‘Basta ya’, de cómo la educación se ha convertido en el principal problema de estos años de transferencias de incompetencias en los que según Díez, no exenta de razón, «no se ha hecho pedagogía democrática». En el repaso histórico para llegar a la legislatura del ‘psicópata’ no se ha olvidado del ‘talante’ de Zapatero, origen de los males actuales y algo que describe muy bien la ponente en su libro ‘ La demolición’ (La Esfera de los Libros, 2021), libro que por cierto hoy viernes firma en la Librería Luque, de 6 a 8 de la tarde. 

En honor a la verdad, Rosa Díez no ha venido a hablar de su libro, sino a hablar de España. De los españoles. «No se trata de que nos queramos sino de que nuestros derechos estén protegidos». Pero esos derechos no se protegen solos, sino que se deben defender activamente, de ahí que Díez lamente varias veces a lo largo de su exposición la falta de pedagogía democrática sobre todo de las generaciones más jóvenes, y cómo a veces «cuatro pringaos» como los que ella define que fueron la semilla, ahora, de la plataforma ‘Unión 78’, se pongan el mono  de manifa y se echen la democracia y las pancartas al hombro para reivindicarla en la calle. «La gente en la calle molesta mucho a los que hacen política en los despachos», aseveró. 

Jesús Cabrera, Rosa Díez y Rafael González / Foto: Jesús Caparrós

Podría pensarse que esta mujer habla desde el rencor pero nada más lejos de la realidad: ni en privado suele tener malas palabras para sus excompañeros socialistas (salvo para el ‘psicópata’), y ni tan siquiera para los poderes fácticos que le minaron UPyD y le hundieron el partido. A Rosa Díez le mueve España y esto es lo que despista en esta nación tan dada a sospechar de los propósitos decentes.

Ella le concede a los partidos la importancia justa, no menor, en la democracia, pero insiste en la movilización ciudadana. Primero porque con los años los partidos se han arrogado el poder de la movilización sobre las masas, de la convocatoria,  y segundo porque «como ciudadanos, como sociedad civil, tenemos la obligación de defender las instituciones, porque éstas no se defienden solas».

Al final del acto hubo preguntas del público. «¿Piensa volver a la política activa?», trató de saber alguien. «Esto es política activa. Lo que estamos haciendo aquí lo es», contestó Rosa.