PODCAST | Pasar de curso con suspensos: la ‘reforma progre’ de la educación


Abordamos esta semana el nuevo real decreto de Evaluación, Promoción y Titulación socialista, que desarma aún más al profesorado

La ley Orgánica para la Modificación de la LOE (LOMLOE), se ha visto ‘enriquecida’ en su desarrollo con el Real decreto de Evaluación, Promoción y Titulación, que entre otras cosas, permitirá presentarse a la selectividad con un suspenso; a los alumnos graduarse sin tener todas las asignaturas aprobadas, y no habrá exámenes de recuperación en la ESO. Además es al equipo docente al que se le otorga la responsabilidad última de la decisión respecto a la promoción o no del alumno. 

Cinco comunidades autónomas (gobernadas por el PP, entre ellas Andalucía) se han plantado ante esta nueva reforma y los profesionales de la docencia han mostrado su malestar por carios motivos, entre ellos, el de no contar con su opinión ni alegaciones a esta última reforma educativa. 

En El Coro hemos contado con la presencia de José Carlos Aranda, profesor, doctor en Ciencias de la Educación y Filosofía y Letras y con una larga trayectoria profesional no solo en las aulas, sino como autor de diversos libros y manuales dedicados a la pedagogía y la lengua española. «Es una ley muerta sin consenso de sindicatos ni profesores. Aunque a mí en 40 años nunca me han preguntado para ninguna ley educativa, y he conocido siete», dice Aranda en referencia a la LOMLOE. Una falta de consenso que denuncia una vez más Silvia Santos, secretaria general de FSIE Andalucía, que ya no ha acompañado en varios programas anteriormente. «FSIE presentó en el Consejo Escolar alegaciones y ha hecho oídos sordos. Son decisiones dictatoriales, en nuestra opinión».

Aspectos pedagógicos

El profesor Aranda declara que «cada nueva ley lo que hace es emborronar los conceptos pedagógicos a base de una nomenclatura pseudopedagógica que nadie entiende, palabras bien sonantes y comodines con trasfondo muy relativo».

«Una buena ley educativa cuando menos tiene que tener un recorrido de 15 años y contar con el consenso político amplio», sostiene Aranda, que añade que «hay que ver los resultados que obtiene, pero hacemos experimentos sin ningún tipo de contraste empírico sobre las metodologías que se están aplicando». José Carlos Aranda señala así mismo sobre la función de las escuelas de educación especial, que pierden atribuciones con la nueva ley en pro de una integración del alumnado «que requiere un profesorado con una formación específica». Sobre esto último y la repetición de curso,  Silvia Santos, piensa además  que «se centran atender la diversidad pero con una ratio de alumnos por aula inadecuada para hacerlo. Nos piden que hagamos los refuerzos necesarios pero con la carga lectiva no se puede. Se denomina la repetición ha salido mal en nuestro país. pero porque no supone una dotación especial de profesorado para atender a los alumnos que repiten». 

La autoridad

José Carlos Aranda denuncia respecto a los profesores que «hemos perdido autoridad paulatinamente. Somos el país de Europa que más tiempo pierde en poner orden en clase, una media de 18 minutos. La primera autoridad que se pierde es la familiar, tienen a la escuela como aparca niños«, a lo que Santos añade que «lo irónico es que hacemos leyes de autoridad»., en referencia a la Ley de reconocimiento de autoridad del docente en Andalucía, «pero la nueva ley nacional te quita parte de la autoridad». 

La responsabilidad a la hora de evaluar

Las decisiones de quién pasa o no de curso, de qué alumno está capacitado para seguir, recaen con esta nueva reforma de manera más significativa sobre los equipos docentes. Silvia Santos se pregunta: «¿Quién decide qué asignaturas sobran?» y explica que «estamos muy acostumbrados a trabajar en equipos docentes, pero de ahí a que una actuación colegiada decida que asignatura no es importante para poderse titular sin ella es tremendo. Y por encima de esta decisión colegiada estará la decisión de la familia y la promoción estipulada por el servicio de inspección externo». La secretaria general de FSIE confiesa que «los profesores afrontan esta ley con un cansancio añadido, agotados».

José Carlos Aranda concluye de manera contundente: «Han conseguido algo peligrosísimo de lo que nadie habla, y es que los profesores nos sintamos permanente amenazados en nuestro puesto de trabajo».

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