La idea es no hacer nada o, en su caso, que sean las comunidades autónomas las que adopten las medidas ingratas (restricciones) para frenar la explosión de contagios de la sexta ola del coronavirus, que viene apretando fuerte por el impacto de la variante Ómicron.

Estas podrían ser las conclusiones que deja la Conferencia de Presidentes que se ha celebrado este miércoles y sobre la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solo ha anunciado que el Consejo de Ministros aprobará este jueves el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores; que los centros sanitarios podrán contratar a personal jubilado o prejubilado y no comunitario; y que se emitirán autorizaciones temporales para vender en farmacias test de antígenos de uso profesional. Nada que ver con las limitaciones establecidas en olas del coronavirus precedentes.

En ese contexto, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha comparecido para ofrecer su valoración. Este ha señalado que la Conferencia se podría «haber celebrado antes» y ha defendido que Andalucía está por debajo de la media de España en incidencia acumulada. A la par que ha defendido que la presión hospitalaria es menor que hace un año, apelando a la efectividad de la vacuna.

Moreno ha reconocido que «la variante Ómicron es una desconocida» y ha abundado en la importancia de la tercera dosis de la vacuna, mientras ha defendido la eficacia del pasaporte covid.

El presidente de la Junta ha explicado que ha pedido al del Gobierno una Ley de Pandemias, ya que «no parece razonable que en España haya 17 modelos distintos para abordar la pandemia». Asimismo, Moreno ha solicitado fondos covid, «porque todos los recursos son pocos». 

Moreno ha realizado un llamamiento a la «prudencia» y a la «responsabilidad personal» de la ciudadanía. En este sentido ha instado a evitar «las grandes aglomeraciones», que se respeten las normas y que «en los restaurantes tengamos las mesas lo más separadas podibles». Eso sí, en su mensaje no ha hecho referencia a ningún tipo de restricción.