PODCAST | La reforma laboral que reforma poco


En El Coro de esta semana hablamos con dos sectores - agricultura y construcción- y dos letrados sobre la nueva reforma laboral del Gobierno

Edificio en construcción./Foto: LVC Construcor
Edificio en construcción./Foto: LVC

Si en algo está de acuerdo los invitados de esta semana de el podcast El Coro es que la reforma laboral, asunto que nos convoca, es una normativa maquillada que reforma poco y que no responde a la realidad ni del mercado de trabajo ni de las empresas. Aunque el aspecto más comentado se ha centrado en esta ocasión sobre la temporalidad y los tipos de contratos que se ven afectados por este criterio – y que ha sido el principal objeto de la reforma y del Gobierno de cara a vender la estabilidad laboral- en la charla de esta semana asistimos a un descontento pero también a un alivio porque como uno de los invitados ha manifestado, «podría haber sido peor».

«Todos esperábamos un auténtico cataclismo», nos ha dicho José Manuel Pérez, abogado y socio laboral del despacho Mora Jordano. «Esta reforma se anunciaba a bombo y platillo por una ministra militante de CCOO», lo que evidentemente hacía ver que la nueva norma iba a tener un marcado carácter sindical e ideológico. Ese carácter sí lo ha denunciado Ignacio Fernández de Mesa, presidente de Asaja Córdoba, que ha comenzado su intervención señalando lo que él considera » un resentimiento y agresividad por parte del Gobierno contra la agricultura y el medio rural. Nos señalan como explotadores de las personas y señoritos improductivos. Tratan de revivir la reforma agraria del 36 y del 94, que fue una experiencia inútil y lo están haciendo el Partido Comunista y el Partido socialista en el Gobierno».  Fernández de Mesa ha insistido en todo momento que es el sector agrario el más perjudicado con esta reforma, no así el de la construcción, representado por el secretario general de Construcor, Francisco Carmona, que ha tenido oportunidad de participar activamente en el seguimiento de esta reforma y que ha puesto el acento en la falta de reflexión y análisis de lo que no funcionaba con la anterior para poder mejorarlo con esta nueva normativa. «El único objetivo de la reforma era derogar la anterior», ha dicho.

Otro letrado que nos ha acompañado es César Ollero, que ha ido en esta misma línea. «No es una reforma laboral, es más bien un maquillaje que anuncia un paso posterior que no sabemos si se va a dar o no. y no tiene garantizada su convalidación como decreto Ley». ¿Aspectos concretos que aborda la nueva reforma? Nos los ha apuntado Pérez: «Se acota un poco la temporalidad , desparece el contrato de obra y servicio, se queda la figura del contrato eventual de seis meses prorrogables hasta 18. Los contratos de 90 días no sabemos cómo van a quedar pero sabemos que no pueden ser continuados». 

Un cambio en los tipos de contrato que principalmente afecta al campo, dado que la temporalidad es lo que define la actividad agraria. Y así lo explica Fernández de Mesa. «Desaparece la temporalidad para los trabajos eventuales pero que persisten todos los años. Únicamente puede existir el fijo/discontinuo y eso no pasa en ningún país europeo. Conlleva gastos complementarios y además es difícil contar siempre con las mismas personas y contratarlos con meses de antelación». En este sentido, Ollero ha añadido que «la temporalidad de los contratos se maquilla un poco. Se ha vestido de que eso es flexibilización y es mentira. La flexibilización laboral lo que indica es un auténtico poder de negociación con el propio trabajador».

Lejos de la realidad

Francisco Carmona cree que esta reforma es «un proyecto político muy marcado desde la óptica ideológica y lo que hay que hacer es realizar una norma para dar una respuesta al mercado laboral.Demuestra desconocimiento por parte de quienes legislan de la actividad económica y como se engarza en la actividad laboral». Ollero está de acuerdo. «Una reforma laboral tiene que poder con los verdaderos problemas: la tasa de desempleo, la bajísima posibilidad de crear empleo, entre otros. No veo que esto venga a solucionarlo.  Es un anuncio de lo que realmente se quiere pero con desconocimiento de la realidad empresarial y no va a dejar satisfecha las masas sociales, a los trabajadores».

Su colega letrado abunda en otro aspecto que no es menor: la lentitud de la justicia para resolver asuntos laborales. » Todo esto es maquillaje ideológico. Un trabajador está tardando un año en que se resuelva un juicio por reclamación de cantidad, y eso es un problema serio» dice José Manuel Pérez. 

Fernández de Mesa ha insistido en lo solo que se ha quedado el sector agrario en la negociación y cómo va a afectar eso en un futuruo. «El sector agrario no ha sido tenido en cuenta por la CEOE y para la agricultura supone un ataque» Y ha añadido que «hay una falta de empleo agrario, hay problemas de contratación de trabajadores en la actualidad. En otros sectores no afecta tanto, pero para el sector agrario y su naturaleza es un agravio.