La portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Paula Badanelli, ha criticado el retraso con el que se va a aprobar el presupuesto de este año, que mañana supera su aprobación inicial por la Junta de Gobierno, va a provocar un retraso en su entrada en vigor y, por tanto, una baja ejecución, algo de lo que viene alertando desde hace ocho meses. «Llegan tarde y mal y no podemos permitir que la ejecución de los mismos sea del cincuenta por ciento porque se vayan a aprobar en el mes de mayo,como mínimo”, ha añadido.
El gobierno municipal se ha garantizado la abstención de Vox en el debate presupuestario, -«Vox no va a ser un obstáculo en la aprobación de este presupuesto», ha señalado- pero no se ha ahorrado unas duras críticas de Badanelli, quien, entre otras cuestiones, ha señalado que el documento es «continuista», porque presenta «pocas variaciones respecto al de 2019 y esto es triste», ya que refleja que «es el presupuesto que heredaron de socialistas y comunistas».
Vox: «Siguen las mismas inversiones»
Como ejemplo, la portavoz de Vox ha expuesto que «siguen las mismas inversiones, que se van retrasando por incapacidad de este gobierno municipal». Mientras, ha añadido, «todo está empantanado», con falta de personal en casi todas las delegaciones, el funcionamiento del Imtur, «el dinero se tira en acciones deslabazadas que no tienen objetivo», la Policía Local y los Bomberos «trabajan en condiciones infrahumanas», y la situación que atraviesan empresas municipales, como Aucorsa, con manifestaciones, o Cecosam, «en situación agónica». Mientras, la criticado la concejal de Vox, «el gobierno municipal se dedica a las fotos, viajes, paseos y mucho márketing».
La abstención de Vox de este año se produce después de que el año pasado no alcanzara un acuerdo con el gobierno municipal para el presupuesto y éste saliera adelante gracias a la abstención del PSOE. Badanelli ha argumentado esta decisión en que «es imposible un voto a favor porque este presupuesto nunca sería el nuestro», y como ejemplos ha puesto los de la partida de 2,5 millones para los cargos de confianza o el dinero repartido «a dedo».
