La reacción del grupo municipal de Vox a las declaraciones del concejal David Dorado difundidas esta mañana a través de sus redes sociales ha sido afirmar que el problema no es el contenido de las mismas o que haya renunciado a la portavocía para pasar al grupo de los no adscritos, sino que «en el Ayuntamiento de Córdoba desde hace muchos meses sólo se habla de posibles corruptelas, comisiones, fraccionamiento de contratos y de irregularidades varias en la administración pública». 

Así lo ha señalado su portavoz, Paula Badanelli, quien ha calificado de «tristítismo» que éste sea «el principal problema». Esta situación no es nada nueva para Vox, que ya anunció que estaba investigando los contratos en el Instituto Municipal de Turismo (Imtur) para llevarlos a la Fiscalía, y que en este proceso «hemos encontrado irregularidades en otras empresas que estamos estudiando».

Sobre el gobierno municipal, por tanto, ya no hay «sombras de duda» sino «nubarrones», en opinión de Vox, porque «tiene un tufillo raro que mucho nos tememos que va a acabar mal».

Ante esta situación, Badanelli ha apelado al responsable provincial del PP, Adolfo Molina, a los dirigentes autonómicos Antonio Repullo y Juanma Moreno, «o incluso a Núñez Feijóo» para conocer «si van a permitir que en el Ayuntamiento de Córdoba haya un gobierno donde todo lo que gira en torno a la gestión está rodeado de un tufillo y de irregularidades que, de demostrarse, pueden ser constitutivas de delito». 

El grupo de Vox no quiere verse inmerso en la inestabilidad del gobierno municipal, por lo que Badanelli ha fijado que esta formación «ha sido siempre leal, responsable y, desde luego, vamos a seguir actuando así».

También se ha referido la portavoz de Vox al grupo de Ciudadanos, del que ha dicho que está en una situación «absolutamente irregular desde que admitió a una transfuga en sus filas y nombró a un portavoz sin responsabilidad en el gobierno que comparte con el PP».