El 15 de octubre finalizaba el periodo de alto riesgo de incendios forestales y en esta ocasión la Junta de Andalucía decidió no prorrogarlo. El pasado año este periodo cumplió el 31 de octubre e impidió a los cordobeses celebrar los tradicionales peroles de San Rafael en el parque periurbano de Los Villares, pero el Ayuntamiento de Bellido estuvo al quite y habilitó El Arenal, gesto que se agradeció aunque, evidentemente, no es lo mismo.
Porque el hábitat natural del perolista es el campo y, en concreto, la sierra. Y los cordobeses, entre la pandemia y el riesgo de incendios han tirado de paciencia en estos últimos años en los que la tradición gastronómica y social del 24 de octubre se desdibujaba entre prohibiciones y medidas sanitarias.
Aunque la lluvia es necesaria, hoy además se agradece que no haya hecho acto de aparición porque los peroles, además de esperados, son merecidos.
Los Villares se han llenado de familias, de Rafaeles y Rafis. De la Córdoba de siempre y la que toma el relevo dando cuchará y paso atrás. Regado con mollate de Montilla-Moriles. Y un dominó.