El calor sofocante, que está marcando récords históricos en la provincia para el mes de septiembre, puede convertirse en un problema para la vendimia, sobretodo porque, si se prolonga esta ola de calor extremo, que ha superado los 40 grados en la campiña desde el pasado domingo, se teme que se puedan secar las uvas sin que éstas alcancen el grado suficiente para el vino de crianza.
No obstante, el gerente del Consejo Regulador de la D.O.P. Montilla-Moriles, Enrique Garrido, se ha mostrado prudente, y, aunque ha confesado a Vélites que existe cierta preocupación, descarta que sea una situación “alarmante”, siempre y cuando la ola de calor remita en las próximas horas, tal y como se ha pronosticado.
Lo cierto es que la ola de calor vivida en los últimos días ha pillado por sorpresa a muchos, y en plena vendimia a la DOP de Montilla-Moriles, una de las primeras de Europa en comenzar su producción, concretamente a principios de agosto.
Garrido ha especificado que la vendimia empezó el día 3 de agosto, aunque este año ha ido muy ralentizada y ahora mismo se está generalizando la entrada de uva en los lagares, con muy pocos que no hayan abierto todavía, principalmente en la zona de Moriles, que es la que más tarde entra en producción.
En este sentido, ha señalado que hasta mediados de agosto la situación era excepcional, con alternancias de períodos con mucho calor, mientras que por las noches refrescaba, lo cual era muy beneficioso para la maduración de la uva.
“La entrada del mes de septiembre lo que ha traído consigo es que el incremento de esa temperatura no se mitiga por la noche, cuando sigue haciendo mucho calor”, explica Garrido, que añade que, si bien eso es bueno para la maduración del vino dulce Pedro Ximénez, si se mantiene en el tiempo podría ser negativo para el resto de producción de vino con destino a crianza, ya que la uva se seca, sin haber conseguido el grado suficiente.
De este modo, en Montilla-Moriles esperan que hoy se de el descenso de las temperaturas, como está previsto -la Agencia Española de Meteorología pronostica una caída de 4 grados en la zona-, ya que, si continúa el calor durante mucho tiempo, tendrá efectos negativos en la producción.
Las perspectivas para este año, según ha informado Garrido, son de acabar la vendimia entrado el mes de octubre, y con una producción que, si al inicio de la campaña, parecía muy abundante, hoy ya no lo es tanto.
“Estamos esperando a valorar este golpe de calor para poder dar una cifra más cercana, aunque posiblemente tengamos la misma producción del año pasado e incluso un poquito menos”, ha concluído Garrido.