Desde México nos llega el libro Memorial de frontera de la poeta cordobesa Balbina Prior, que reúne un buen número de poemas ya publicados junto a algunos inéditos. Sabemos de las dificultades de la internacionalización de nuestros autores, pero sería deseable apoyarlos con mayor profusión para que estén presentes en las antologías y las letras universales. En este caso, este poemario parece perfectamente encajable en esa poesía cosmopolita, nada ceñida a un terruño receloso de lo foráneo. Parte la poeta de sus orígenes rurales para hacer un recorrido por numerosos lugares, comenzando por su ‘adolescencia sola en provincia’ en Córdoba hasta sus lejanos viajes por Noruega o Japón. Como ya escribiera Juan Carlos Suñén en ABC Cultural sobre el libro En los andenes de la Era Heisei (2002) desde el Guadalquivir al Rhin, desde California a Dinamarca,  un libro “atento a las realidades que nos rodean”. Pues no se trata de una poesía de viajes, sino de una andadura por la época que le ha tocado en suerte a la autora cordobesa, esto es, un tiempo finisecular lleno de contradicciones y un comienzo de milenio con ‘imponentes desafíos derramándose entre lo efímero y lo perdurable’.

Posiblemente aquí los poetas españoles dejaron pasar una oportunidad temática importante, el cambio de milenio con sus numerosas transformaciones, y fueron escasas, si no nulas, las publicaciones específicas en torno a un asunto tratado en profundidad en el anterior fin de siglo. Sin embargo, Balbina Prior encuentra espacio en su poesía para el mundo y para España, muy presente en sus poemas reunidos en Memorial de frontera, como la transición española o la depauperación del estado del bienestar, y como reseña el escritor y editor mexicano Arturo Texcahua, la tradición hispana sin nostalgia, la confluencia de los pueblos y el presente globalizado.

Además, en la poesía de Balbina Prior hallamos una vertiente existencialista, que quizá quede encubierta por la poderosa mirada exterior. Se puede observar en los poemas de Timos Naturales desarrollados en clave de meditación pausada desde la mediana edad, que aborda retos dolorosos desde la más absoluta desprotección frente a la visión tradicional que propone la infancia. Según la poeta, en esta etapa de madurez te enfrentas al desencanto que propicia una profunda revisión de los logros y fracasos, comienza la decadencia física, el contacto con los primeros signos de la vejez y la desaparición de los seres queridos.

En Memorial de frontera también el sujeto poético desarrolla experiencias personales en una vindicación constante de la afirmación de su independencia como mujer y de su derecho a ejercer la sexualidad desde la libertad. Desde sus inicios Balbina Prior comenzó a tratar la conciencia de género como en el poema que dedicó a Virginia Woolf Una oficina propia, donde clamaba contra el statu quo genérico dominante y trataba la malinterpretada rivalidad femenina en unos tiempos nada propicios para su defensa.  La contribución de la poesía al cambio social y evolutivo tan cuestionada por numerosas corrientes poéticas sirve aquí a la poeta para reafirmarse en la estrecha imbricación del verso con el rumbo colectivo en un canto de celebración del verso. De ahí que titule todo este conjunto antológico Memorial de Frontera, ya que la autora presta su palabra a todos los que no tuvieron oportunidad de agradecer la hospitalidad y acogida a pueblos como México, que supieron estar a la altura frente a unas migraciones, el exilio español, sin pedir nada a cambio. Por ello, utiliza Balbina Prior toda la batería poética a su alcance para convertir su voz en la expresión de un panorama vital del ser humano, a veces, desolador y de profundo desarraigo, pero que nunca ahoga su creencia en un gesto último esperanzador.