Olona o resignación


Santiago Abascal y Macarena Olona ofrecen un mitin en la céntrica plaza de San Agustín y advierten al PP: "O juntos gobernando, o no gobiernan"

A Macarena Olona se le puede decir guapa porque ningún comité voxista de ‘charos’ pondrá una demanda por acoso heteropatriarcal. De hecho, a Macarena Olona algunos de los cordobeses congregados en la Plaza de San Agustín, sitio casi inédito para los mítines, le sueltan una retahíla de piropos nada más subir al escenario, y ella los recibe encantada porque para eso es mujer, española y ciertamente guapa. Y en los piropos hay mucha de la rebeldía – quién lo iba a decir- que VOX pide a sus votantes. 

Antes de nada, el cabeza de lista de VOX por Córdoba, Alejandro Hernández, trató de ponernos en contexto físico por el lugar, céntrico, de difícil acceso y sin sitio donde aparcar – aún así algún despistado intentó llegar en coche- porque es una manera de reivindicar las zonas despobladas del casco histórico cordobés. Desveló que muchos le había preguntado el porqué del lugar y nos soltó un «Córdoba nunca defrauda y VOX no defraudará a Córdoba». De todas maneras, y eso Hernández no lo dijo, parte del despiste del respetable venía dado por el vecindario de un barrio castizo y muy escorado a la izquierda. Podría perecer que VOX se adentraba en territorio hostil, pero finalmente eso no se dio. 

Alguna señora republicana con camiseta negra republicana con bandera tricolor y pelo morado se vio por allí, pero a parte de que igual esa mujer estaba en su bar de siempre, bien podría ser una nueva votante de VOX, porque a tenor del aspecto del público asistente es difícil establecer un perfil estético del votante de la derecha reformista que representa el partido de Abascal. Hay de todo: desde el clásico polo con banderita española hasta el jubilado  de barrio o el currela en deportivas. Jóvenes y mayores. Padres y madres. Señoras y señoritas. Señores y señoritos. La transversalidad, según me comentaba un veterano en la política nacional que allí estaba entre el público, se da en los mítines de VOX como no ocurría desde los mejores tiempos de Aznar. Gente de todo linaje y pelaje. 

«Resignación o rebeldía»

Cuando Macarena Olona subió al estrado, la plaza se llenó de banderas españolas al aire y el aire se llenó de piropos. Insistimos: merecidos, pero dichos también como cuando un niño suelta una palabrota sabiendo que no lo escuchan sus mayores y por tanto, no le van a reñir. Se ha pasado tanto de frenada moralista el progrerío que la gente tiene ganas de ser normal , tradicional y espontánea. De hecho, parte del discurso de Macarena va por ahí, atacando al feminismo/»hembrismo», defendiendo a los hombres con la ya famosa frase «El hombre no viola, viola un violador» y arengando a las mujeres a que se sacudan de encima el feminismo que las trata como seres desvalidos e inferiores, necesitados de cuotas y protección. Como quiera que el feminismo también es negocio, Olona lo dejó claro: «Vamos a cerrar hasta el último chiringuito ideológico». Y la plaza estalló en aplausos. Se ve que a la gente que allí estaba, andaluces y contribuyentes, les gusta sobremanera la propuesta.

Pero antes de eso, la candidata a la presidencia de la Junta, con un suave tono de voz que despista a los que ya tenemos más mítines encima que pelos en la cabeza, había lanzado la consigna de «resignación o rebeldía», teniendo a PP y PSOE en el debe de la resignación y a VOX en el haber de la rebeldía. «¿En qué sitio está escrito que tenéis que resignaros a la mediocridad?», preguntó tras haber hablado de Juanma Moreno y sus propuestas electorales, que para VOX son más de lo mismo que con los socialistas. Un segundo sopapo se lo soltó a Juanma con la propuesta de la wifi y tele gratis en los hospitales que ha hecho el popular. «¿Qué tele gratis? ¿Si la pagáis todos vosotros con  vuestros impuestos?». 

Macarena Olona es consciente de la importancia de esta cita electoral y así lo manifestó: «Podemos cambiar la historia de Andalucía y el rumbo de España». Porque «el cambio solo viene de VOX» y es el «único partido que levanta con alegría la bandera de España». Sin dejar de mirar a una comunidad autónoma, la nuestra , de la que la candidata destacó los problemas enquistados y no resueltos tampoco con el reciente cambio de colores en el Gobierno andaluz, o sea, el paro, el desempleo juvenil, el «destierro de los jóvenes», «los mayores en soledad» o las políticas agrarias ajenas a nuestra tierra que entre otras cosas hace que «el agua se convierta en un producto de lujo para nuestros agricultores». Esa es también la resignación a la que se refería Macarena Olona y la que según ellos, pretenden combatir con los votos de los andaluces. 

Santiago y San Benito

La locura se desata cuando sale Abascal. Está claro que el liderazgo, a pesar de los primeros espadas de VOX, reside en él. Y recuerda cómo un señor le regaló en Córdoba, en la última campaña de las andaluzas, un San Benito que lleva «con fe y con el aliento del cariño». Se ve que le da fuerzas el santo porque en seguida le zumba tres directos a Juanma: por amenazar con repetir las elecciones «si no votáis bien»; por «la era de nuevo entendimiento con el PSOE» que ha anunciado «con los mismos socialistas que aún no han devuelto lo que le han esquilmado a los andaluces», y por lo que Abascal ha calificado de «delirante», y es la propuesta de Moreno a los miembros de Ciudadanos para regalarles consejerías independientemente del resultado que los naranjas saquen. «¿Cómo se atreve a faltarle el respeto así a los andaluces»» se preguntaba Abascal. «¿Cómo se atreve a dar la espalda a lo que está pasando aquí?», en referencia al acto que se estaba celebrando y a la cobertura mediática que se le da en los medios andaluces. Y en ese momento, Abascal se quedó silenciado.

La gestión y la renuncia a todo lo demás

El equipo de sonido se fue de vacaciones justo cuando el de Amurrio criticaba el silencio de los medios de comunicación. Hay que decir que los medios de comunicación, hoy en Córdoba, han dado una lección de profesionalidad enorme, habitual en ellos por otra parte. La mayoría nos hemos acoplado como hemos podido por allí porque la zona habilitada para  realizar nuestro trabajo ni estaba señalizada, ni era fácil acceder a ella ni nadie de VOX se ha preocupado de eso. Como hemos podido nos hemos colocado en los bancos de la plaza; los que no han conseguido finalmente acceder a la zona de prensa – si es que ésta existía- han hecho uso de las mesas para la propaganda como improvisadas jaimas- redacción. Ha sido divertido por otra parte ver al compañero de Cordópolis escribiendo la crónica en el portátil mientras una señora le pedía un abanico de VOX. Eso no tiene precio. 

Cuando ha regresado el sonido, Abascal ha tirado de humor, ha recordado el megáfono de sus comienzos y ha señalado sin perder la sonrisa cómo en otras ocasiones le han saboteado el equipo y quitado los cables. Solventada la anécdota, Abascal ha regresado a la femoral pepera y ha denunciado cómo el PP se ha saltado a la torera todos los acuerdos que firmaron para permitir la gobernabilidad, «porque que no olviden que ellos han gobernado gracias a vuestros votos», dijo señalando al público. Y si Abascal se siente molesto por el abrazo «solo a la gestión que hacen en el PP para cuadrar las cuentas» mientras «dejan todo los demás al dictado de la izquierda», en lo courrido en estos tres años y medio se siente traicionado. Y ha recordado algunos de los puntos no cumplidos: memoria  histórica, inmigración ilegal, rebaja del gasto político o «los enchufados sin echar». «Ellos no cumplen su palabra, así que una y no más. O juntos gobernando o no gobiernan», ha sentenciado el presidente de VOX dejando claro que solo serán posibles acuerdos de gobierno. 

Pero prefiere que sea VOX quien tenga la batuta en ello y se ha despedido diciendo con seguridad que «vais a dar un respaldo masivo a Macarena». 

El himno de España cerró el acto. Minutos más tarde, Macarena Olona y él se marchaban escoltados en un monovolumen descapotable y los dos, con medio cuerpo fuera, saludaban a los cordobeses que por allí quedaban aún y a la Policía Nacional deseándoles «buen servicio».