Blanca Torrent: "Nunca me he puesto una corbata, ni me apetece"


"Las mujeres somos capaces de inspirar, de entregar alegría y amor a los demás y de hacer de este mundo un mejor lugar para vivir"

Blanca Torrent es de las personas a las que admiro y quiero mucho. Y tengo la sensación de que estos sentimientos no son exclusivamente míos. Es una persona que se hace querer y respetar. Trabaja mucho… demasiado diría yo. Y también ama mucho, eso nunca es demasiado. Ama a su marido, a sus hijos, a su familia, a sus amigos, a sus empleados, a su empresa y a su ciudad. Y lo demuestra cada día. Si hubiera en Córdoba más gente así, más mujeres así, otro gallo nos cantaría.
Blanca Torrent forma parte de la cuarta generación de una empresa familiar ubicada en Aguilar de la Frontera que exporta a más de setenta países, Aceitunas Torrent. Una  talla en madera de olivo de la Sagrada Familia que sus padres adquirieron en un viaje a Tierra Santa preside la sede social de su empresa. Blanca confiesa su amor a la vida y a la familia, el lugar donde ha  aprendido a amar a Dios y mostrarle continuamente su agradecimiento.
Allí donde va, habla de equipo, equipo y equipo. Nunca se atribuye méritos sin compartirlos y eso le honra y le hace ser muy querida, respetada y admirada entre los  suyos. Para ella, «el equipo humano es lo que hace real a una empresa. Nosotros somos la cuarta generación de empresarios y mi padre siempre nos ha transmitido que somos meros gestores de un patrimonio que tenemos que mejorar, no tenemos esa sensación de propietario de un bien, es un legado que tenemos que transmitir y durante ese paso no asumimos esa idea de pertenencia. Trabajamos, somos trabajadores de nuestra empresa igual que el resto».
Termino esta pequeña introducción con una reflexión que no es mía; Es de Blanca, extraída de un artículo que escribió para este medio:
«Creo, que las mujeres, desde el hogar, como empresarias, emprendedoras, directivas tenemos ese impulso para alcanzar las metas y esa alegría y encanto para enamorarnos de la vida sin más que mirarnos a los ojos. Vinimos a darle un sentido al mundo y es en eso en lo que debemos creer. Somos capaces de inspirar, de entregar alegría y amor a los demás y de hacer de este mundo un mejor lugar para vivir. Emprendedoras, directivas, empresarias todo suma, nada resta. Existimos y estamos, apostar por la mujer es rentable».
Que así sea.

Blanca, ¿Crees que es cierto todo lo que se dice sobre la desigualdad entre hombres y mujeres?
¿Lo que se dice? Es un tema tan machacado, tan estudiado. ¿Qué quieres que te diga? Creo que no nacemos víctimas hoy en España, la gran mayoría elegimos el tipo de vida que queremos, tanto personal como profesional. Hoy en día nuestra sociedad busca talento y si una empresa no lo ve o no lo entiende, hay que ser valientes y cambiar. Porque entre otras cosas esa empresa no igualitaria no obtendrá los beneficios que nos genere un futuro.
¿En qué te ha afectado en tu vida el hecho de ser una mujer? ¿Te has enfrentado a alguna situación discriminatoria alguna vez?
Todas las mujeres de mi generación hemos sufrido esa llamada discriminación y hemos luchado para que las que nos sigan encuentren un camino más sencillo. Ser mujer es lo primero que digo cuando me presentan, para mí es un orgullo, es mi forma personal para proclamarlo a los mil vientos y sentar Cátedra.
Si te vieras en la tesitura de tener que elegir entre tu trabajo y tu familia… ¿qué harías?
No es cuestión de elegir una u otra. ¿Por qué no puedo elegir ambas? No solo crea una familia la mujer. Eres primero persona y si en nuestras empresas hemos sabido generosamente formar equipos, ¿por qué no en lo personal?

¿Qué sentido tiene para ti el 8-M?
 Un día más en el calendario, pero como lo es para mí el día de la madre, del padre, de los enamorados. Creo que debemos trabajar todo el año por nuestros derechos y no solo un día concreto.
¿Cómo crees que la sociedad actual trata a la mujer?
Paula, mi madre representa una generación que ha impuesto y ha hecho mucho dentro del seno familiar, así creo hizo la gran mayoría, enseñándonos valores y nuestros derechos. Mi generación ha salido a la calle sin complejos y se ha puesto el mundo por montera y a mi hija… no habrá quien la pare. Yo me muevo en un círculo muy empresarial y ante iguales. Hoy, tengo el respeto y admiración de todos los profesionales masculinos con los que me he relacionado. O eso percibo. Y si no lo fuera, me importa poco, ¿virtud femenina?
¿Es necesario el lenguaje igualitario o vestir de una determinada manera para lograr la igualdad?
Yo visto como me siento a gusto, no me he puesto nunca una corbata, ni me apetece, uso pocas chaquetas oscuras, pero porque me entristecen. Si te refieres a que mi hija pueda elegir llevar falda o pantalón, a su libre elección. Justo lo pregunté hace escasos meses en el colegio y me dijeron que, por supuesto, no hay problema, es una opción usada. Me comentaron casos de niñas que así lo habían hecho. Por lo que yo puedo y mi hija también puede  hacer lo que estimemos mejor.