La joyería cordobesa busca en Europa su Indicación Geográfica Protegida


Supone dotar de una normativa de calidad, proteger al consumidor y evitar falsificaciones y competencia desleal

Escuela de Joyería del SAE./Foto: Junta de Andalucía
Escuela de Joyería del SAE. /Foto: Junta de Andalucía
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Bellido y Torrent, con miembros de la Asociación de Joyeros. /Foto: LVC

La Asociación Provincial de Joyeros ha comenzado los trabajos para que la Comisión Europea reconozca a la joyería cordobesa con la concesión del sello de Indicación Geográfica Protegida, lo que significa una garantía tanto para los productores como para los consumidores.

Este colectivo está realizando este trabajo gracias a una subvención concedida por el Imdeec y ya se cuenta con una normativa que está redactada y a la espera de su revisión por parte de los expertos.

La presidenta de la asociación, Milagrosa Gómez, ha explicado que desde 2014 buscan este objetivo, «pero no hemos tenido recursos hasta ahora». La intención es realizar todo el trabajo ante de final de este año, que es el momento fijado para que la Comisión Europea haga pública su resolución.

En opinión de Gómez, esta Indicación Geográfica Protegida sería una de las primeras que se conceda a un producto no alimentario y hasta el momento ya lo tiene el cristal de Murano o las navajas de Albacete.

«Supondría ser la única con esa denominación en España», lo que avala tanto la tradición histórica que atesora la joyería cordobesa como la forma específica de trabajar los nobles metales que se ha transmitido de generación en generación.

El alcalde, José María Bellido, ha calificado esta iniciativa como «un proyecto importante de ciudad» y del mismo ha destacado la colaboración público privada, que Córdoba esté a la altura de nuestra historia y la protección de una historia y de una tradición.

La subvención del Imdeec se ha concedido a través de la línea destinada a las entidades sin ánimo de lucro y la presidenta de este organismo municipal, Blanca Torrent, ha destacado que la joyería cordobesa se beneficiará de una norma de calidad vinculada a la ciudad, además de una mayor seguridad al consumidor final así como proteger a las empresas frente a falsificaciones y competencia desleal.