La constante subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) durante el último año y medio está suponiendo un desgaste, cada vez mayor, para el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez. En el PSOE lo saben y temen que el resultado de las elecciones andaluzas (en parte debido a factores como el de la inflación y la inoperancia de Moncloa para detenerla) se propague a las municipales, para las que quedan diez largos meses si los precios no aflojan y no parece que, al menos de momento, vayan a hacerlo por sí solos.

Prueba de ello radicaba en las declaraciones de la secretaria general del PSOE de Córdoba, Rafi Crespín, en el Comité provincial de los socialistas, donde señalaba que “el precio de la luz y de los carburantes ha hecho la campaña por sí sola”, espetó, porque, en su opinión “ha podido más el miedo y la incertidumbre al mañana que las medidas que desde el Gobierno de España se estaban tomando”.

Crespín culpaba a los precios, pero en su ejercicio dialéctico había más de resignación que de autocrítica. Y de este último ingrediente no ha habido nada en las declaraciones del portavoz del Grupo Socialista en la Diputación de Córdoba, Esteban Morales, que directamente ha querido lo que se conoce como “echar el muerto” a la Junta de Andalucía, a sabiendas de cuál es el margen de maniobra -escaso en ese sentido- de la administración autonómica.

Algo que poco ha importado a Morales, que ha denunciado que «la Junta de Andalucía no puede mirar hacia otro lado y tiene el deber de ser sensible con la situación que están viviendo los sectores más vulnerables de la población, la ciudadanía en general y las empresas», por lo que le urgió a que «dentro de sus competencias, tome medidas para reforzar las medidas anticrisis del Gobierno de España”. Entre ellas, se refirió a que implementara cuantías económicas en ayudas concretas y directas a sectores productivos y familias, en especial participando «en la cofinanciación de la reducción de los bonos de transporte público» a partir del próximo mes de septiembre”.

Por supuesto, el portavoz del PSOE (el mismo que cuando concurrió a las elecciones andaluzas hace un mes -no fue elegido- dijo que votar con sentido común era votar al PSOE) ha obviado que precisamente la Junta está repartiendo ayudas a todos los sectores productivos. Como también ha hecho lo propio con el Gobierno central que ostenta su partido.

Todo de esperar mientras la inflación galopa y, tal vez, esa factura le salga un diez por ciento más cara a un PSOE que en los comicios del 19J, en localidades como Puente Genil, de la que Morales es alcalde, tuvo una deflación de votos a tomar en consideración.