La plaza de toros de Córdoba volvía a acoger un festejo taurino, más de un año después, este lunes. El confinamiento frustó las iniciativas de Lances de Futuro para las Cruces de Mayo y la Feria de Nuestra Señora de la Salud, pero la empresa que dirige José María Garzón no desesperó y trajo un mano a mano, que despertó una ilusión inusitada en la ciudad.

Tanto fue así que logró llevar al tendido de Los Califas a “gente guapa”. Y es que Cayetana Álvarez de Toledo vino ex profeso desde Barcelona. Córdoba estuvo en el punto de mira de la prensa especializada de todo el país. De tal modo que la Marca Córdoba se vendió mejor de lo que la propia ciudad lo hace.

Garzón es un empresario especial, no cabe duda. Ha sido el único, durante los últimos años, capaz de convencer a José Tomás para que toree en sus plazas. Y si eso tiene mérito, más aun la tiene generar expectación en una ciudad, cuya afición parecía apática desde un tiempo, casi inmemorial, en que la empresa que traía los toros era la de Pérez Barquero y bastante se la criticaba por aquel entonces.