La función social que cumple el teatro va más allá del espectáculo. Es una manifestación que permite conocer otras realidades, así como de iniciar experiencias que evoquen a aventuras solidarias en común. Es ahí donde la Fundación de la Federación Provincial de Asociaciones de Discapacidad Física y Orgánica de Córdoba (Fepamic) y el grupo La Toga Teatro se encuentran.
El grupo, surgido del Colegio de Abogados de Córdoba, representará ‘Es mi hombre’ el próximo 11 de junio, a las 20:00, en el Teatro Góngora. Su recaudación ayudará a financiar el programa de alojamiento Havita ‘hogares temporales, pero hogares’ de la Fundación Fepamic.
En numerosas ocasiones, la atención a pacientes que precisan asistencia sanitaria altamente especializada que, por determinadas circunstancias, puede prolongarse por un tiempo indeterminado. Con el fin de solventar todas las necesidades de alojamiento para las familias, la Fundación de la entidad cordobesa pone a disposición el programa Havita.
Un proyecto de Fepamic
Este proyecto se ofrece de manera gratuita a niños y adultos enfermos y a sus familiares que, por hospitalización o necesidad de tratamiento, suponga el traslado de su residencia habitual a la capital cordobesa.
Se pretende crear, de este modo, un espacio habitacional, en el que los pacientes en tratamiento, y/o familiares de enfermos hospitalizados, dispongan de un lugar lo más parecido posible a un hogar.
Existe una doble vertiente a conseguir con el desarrollo de este proyecto. Por un lado, contar con recursos de alojamiento necesarios para poder atender a las familias (en la mayoría padres de neonatos con cardiopatías) que se desplazan a Córdoba para recibir asistencia sanitaria altamente especializada, y, por otro, que ningún menor tenga que estar en régimen de hospitalización si no es estrictamente necesario.
La Toga Teatro
La Toga es un grupo de teatro del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba, integrado por 30 personas, en su mayoría letrados, con quince años de experiencia. La puesta en escena de ‘Es mi hombre’, una tragicomedia escrita por Carlos Arniches ambientada en el Madrid castizo de los años 20, narra la historia de Antonio Jiménez, un hombre bueno y apocado, comido por la miseria y agobiado por las deudas, que se ve obligado a desempeñar los más grotescos empleos para salvar del hambre a su hija.