
El Servicio Andaluz de Salud registró el pasado año 1.208 agresiones a sus profesionales. Esta cifra supone un aumento con respecto al año anterior que fueron 1.042. La presencialidad en los centros estuvo más limitada por la incidencia del covid-19, pero inferior a años prepandemia, cuando se registraron 1.507 en 2019 y 1.235 en 2018.
Entre las cifras presentadas, se ha ofrecido un perfil del profesional agredido y de los agresores. El 71,5% de las agresiones las registran las mujeres; frente a 28,5 % que se registran en hombres, sin embargo, cuando se ponderan las agresiones en base a la plantilla de hombres y mujeres, la tasa es muy similar, 9,9 en mujeres y 10,17 en hombres.
Los grupos de edad donde se producen más agresiones son entre los 46-55 años con un total del 29,38% de las agresiones registradas y el grupo de edad de entre 56-65 años se registra un 28% de agresiones.
Casi el 60% se produce en Atención Primaria y el 40,9% en Atención Hospitalaria. En cuanto a los lugares concretos, las agresiones se cometen, por este orden, en la consulta médica, en Admisión, en Urgencias y en la habitación del paciente.
Para hablar de las agresiones a los sanitarios contamos esta semana con Javier Rodríguez, Jefe de Intervención del Área Sanitaria Norte de Córdoba; Manuel Renco, Inspector de Policía Nacional e Interlocutor Territorial Sanitario de Córdoba; María Maestre, responsable del sector de Sanidad de CSIF Córdoba, y María José García, portavoz del sindicato de enfermería SATSE. Edita y presenta Rafael González.