Cuando a finales de mayo de 2023 se celebren las Elecciones Municipales, la Diputación de Córdoba tendrá, a buen seguro, una nueva configuración. Y no solo será en cuanto al reparto de diputados entre las distintas formaciones políticas se refiere, sino en caras nuevas en buena parte de los grupos que conformen la institución provincial.

Antes, el último curso del mandato tendrá caras nuevas, para empezar en las portavocías, tanto del Partido Popular (PP) y de Ciudadanos (Cs). En lo que se refiere a los primeros se debe a que la portavoz de esta legislatura, María Luisa Ceballos, ha renunciado tanto a ser alcaldesa de Priego de Córdoba como ha su condición de diputada provincial.

Ello se deriva tras su nombramiento por el Consejo de Gobierno andaluz, el día 11 de agosto, como secretaria general de Administración Local de la Junta, y publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) el 17 de agosto, fecha en la que se produjo la renuncia al cargo de diputada provincial.

De ese modo y hasta que se produzca la remodelación del grupo popular en la Diputación, el alcalde de Cañete de las Torres, Félix Romero, ejercerá como portavoz en funciones del PP.

Por su parte, la diputada provincial de Cs en la institución provincial, Erika Nevado, asume la portavocía de su grupo, tras abandonar la formación política, Miguel Castellano (hasta ahora portavoz), quien pasa al grupo de los no adscritos.

Caras nuevas que empiezan a dar forma a la futura corporación provincial, ya que presumiblemente, aunque el PSOE siguiese gobernando en el siguiente mandato -cosa que está por ver-, el actual presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, no seguirá en el cargo. Esto tras renunciar hace unos meses a pelear nuevamente por la Secretaría General de los socialistas cordobeses, dando vía libre a Rafi Crespín.