El grupo municipal Ganemos Córdoba no se lo ha pensado dos veces a la hora de entrar de lleno en el debate generado en los últimos días a raíz de la intención manifestada por el concejal socialista Emilio Aumente de celebrar una consulta sobre determinadas cuestiones de la carrera oficial. Sus socios de gobierno, los de IU, elevaron esta consulta a rango de referéndum y encima lo quieren vinculante, algo a lo que se han sumado los de Ganemos, con el deseo de que si se hace «tiene que ser con todas las consecuencias».
El portavoz de la formación verde en el Ayuntamiento, Rafael Blázquez, ha recordado uno de los compromisos de su grupo para apoyar los presupuestos de este año y que hacía referencia a la creación en el mes de febrero de una mesa de diálogo para abordar los grandes actos organizados en el casco histórico, algo que encubría el tener la última palabra en el traslado de la carrera oficial, como ahora se ha demostrado.
Blázquez ha pedido al gobierno municipal que esta mesa se constituya «ya, sin demora, en este mes de junio», ya que, desde su punto de vista, «esto es algo bueno para los vecinos y para los que organizan los eventos». Además, señala que esta mesa tiene que echar a andar «haya o no consulta popular», porque, en su opinión, «nadie tiene que decir cómo organizar esas actividades, pero sí tiene que haber consenso».
Según este concejal de Ganemos hay «estrategias ocultas» por las que el gobierno municipal ha dado largas a la creación de este grupo, algo que ha ocurrido para implantar en la Semana Santa de este año un modelo de carrera oficial con el que ellos no están de acuerdo y que desde el gobierno municipal, el delegado de Seguridad, Emilio Aumente, ya ha advertido que es el que estará vigente hasta el final del mandato. Este edil socialista ha recibido todas las críticas por el modo con que se ha diseñado la nueva carrera oficial en un proceso del que Ganemos se siente excluido.
Para suavizar la fractura social que este debate ocasiona en Córdoba, Blázquez ha insistido en varias ocasiones que la creación de la mesa de diálogo «no tiene que servir para enfrentar a la gente», aunque sirva para contentar a quienes hicieron unos augurios sobre la carrera oficial que finalmente no se cumplieron.