La ciudad de Lucena vivía, entre finales del mes de abril y principios de mayo, jornadas de intensa devoción en torno María Santísima de Araceli. Mientras que, coincidiendo con el final del curso, la archicofradía convocaba a sus hermanos a un cabildo general que, a la postre, ha servido para respaldar los proyectos en que la corporación se halla inmersa. De tal forma que, a corto plazo, la Patrona del Campo Andaluz verá enriquecido su patrimonio, en diversos ámbitos.
La primera de las propuestas que ha salido adelante ha sido la construcción de un columbario en el Real Santuario de la Sierra de Aras. A lo que hay que sumar la recuperación de nuevas bambalinas bordadas en oro sobre terciopelo rojo, para sustituir las actuales en la salida procesional de la Patrona de Lucena. Las mismas fueron estrenadas en la década de 1970 y están bordadas en aplicación. Asimismo, otra de las incorporaciones patrimoniales que llevará a cabo la archicofradía consiste en la elaboración de un dosel. Éste se realizará para la estancia de la Virgen en la parroquia de San Mateo, que tiene lugar cada mes de mayo. Finalmente, la corporación engrandecerá su ya de por sí rico acervo patrimonial, con la elaboración de los nuevos candelabros que se integrarán en el paso de la Santísima Virgen. De estilo decimonónico, estos han sido encargados a los talleres de Orfebrería Giralda.
La archicofradía deja así marcadas las líneas del futuro inmediato, que aguarda de cara al nuevo ejercicio. Ello tras unas celebraciones -las del pasado mes de mayo-, que resultaron especialmente intensas y que contaron con la presencia del obispo, quien recordó que “esta cita anual en la que María Santísima de Araceli nos congrega, nos hace sentirnos contentos”. Ello llevaba a Demetrio Fernández a subrayar que se debe a que “un pueblo que tiene madre es un pueblo que está salvado”.