Occidente es apóstata para el Islam o, al menos, para sus comunidades más radicales. Estas son algunas de las conclusiones que, en la jornada de este martes, pudieron alcanzarse en la presentación del libro ‘Democracia e Islam, ¿una relación imposible?’ Organizada por el Instituto de Seguridad y Cultura, a la misma asistieron los profesores Carlos Echeverría y Manuel R. Torres Soriano, quienes trazaron las líneas ideológicas de los grupos extremistas.
Uno de los términos más relevantes fue el de la apostasía, que es en el que se ampara el yihadismo para establecer el hilo argumental de sus ataques a Occidente y la negación de la democracia en sus propios países de origen. Así lo explicó el profesor Torres, quien desgranó la forma en que, en el pasado, se justificaba el enfrentamiento contra los dirigentes de los países árabes, puesto que la dictadura iba contra el pueblo.
La asociación de la democracia como religión en sí misma (unida al individualismo que propugna Occidente frente al concepto comunidad del Islam) trae consigo que el sistema político se equipare a cometer apostasía. Narrativa que permite argumentar la Yihad y, como explicaba el propio Torres, lleva a los grupos radicales a enfrentarse hasta con organizaciones como Hamás, en Palestina, puesto que participan de la democracia. El fin no justifica los medios.
Esta consideración pone en peligro al propio sistema y, como convenía Echeverría, la instrumentalización de casos como el de la Mezquita-Catedral de Córdoba (titularidad de por medio), poco o nada ayudan en la lucha contra un fenómeno que, desgraciadamente, no deja de estar en auge y que debe comprenderse, de cara a estar en condiciones de ofrecer una solución adecuada.