La noticia ha conmocionado al mundo de las cofradías. Y es que, con tan solo 45 años, el compositor gaditano Sergio Larrinaga Soler ha fallecido este miércoles. Las muestras de consternación han sido numerosas, ya que con él se va una figura y una personalidad imprescindibles para entender la evolución del género de cornetas y tambores, en especial.
Del genio de Larrinaga queda el legado de sus marchas, el mismo que revolucionó la música procesional y -pese a quien pese- la convirtió en un género de masas aun mayor. Es difícil escoger de su amplio repertorio creativo, pero a continuación les ofrecemos tres piezas, que encumbraron al compositor gaditano.
Gitano tú eres… de Santa María
Las cornetas, Rosario de Cádiz y el Nazareno de la Tacita de Plata explican una marcha, que define la esencia compositiva del músico. Fue compuesta en 2008.
Eternidad
La marcha supuso una sacudida en el género de las cornetas e, interpretada magistralmente por Rosario de Cádiz, con ella Larrinaga puso sobre la mesa algo más que un cambio de estilo, de tenencia. Por primera vez, no se miraba a Sevilla sino a la Punta de San Felipe.
El Amor
Larrinaga fue autodidacta y creó su propio estilo. ‘El Amor’ conjuga una forma de entender el género que, con su espectacularidad innata, se conjuga con una elegancia evidente. Su legado es ya parte de la historia de las cofradías andaluzas.