Este tercer domingo del Tiempo Ordinario también es el Domingo de la Palabra. Mañana, 24 de enero, se celebra San Francisco de Sales. En la Catedral de Córdoba han coincido la Palabra de Dios y las palabras humanas. «Dios nos ha dotado de las palabras para comunicarnos, para contar lo sucedido, para crear opinión». El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández ha saludado a los periodistas congregados en torno a su patrón y al primer pastor de la diócesis y ha recordado antes que ha hecho uso de las palabras, muchas y redactadas durante los meses previos, en la reciente visita Ad limina que finalizó el pasado viernes, cuando el prelado tuvo oportunidad de ser recibido por el Santo Padre con quien mantuvo «una reunión de más de dos horas y media».
San Francisco de Sales se fue voluntariamente – y a pie- a la difícil misión evangelizadora de reconquistar, en 1594, la provincia de Chablais, en la costa sur del lago de Ginebra. Los protestantes, calvinistas para más señas, acosaban a la población con sus ejércitos. Era una Europa con un cristianismo dividido y que tiraba rápidamente de espada. San Francisco de Sales, doctor de la Iglesia, usaba como arma la palabra escrita, y con panfletos en los que exponía la doctrina de la Iglesia y refutaba la de los protestantes. Con esos panfletos, escritos muchos ellos en mitad de la batalla, se ganó el corazón de las gentes sencillas y consiguió conversiones allí donde otros misioneros no tuvieron éxito. El santo Francisco hacía copiar a mano esos panfletos a los fieles para después distribuirlos pegados en las puertas de las casas y las calles («transmitir siempre la verdad», que ha dicho hoy el obispo) y estos hacían efecto en el pueblo. San Francisco de Sales fue un precursor de la comunicación moderna.
A pesar de los ataques que sufrió y los escarnios, el santo demostró una humildad y una paciencia infinitas, ambas virtudes, por cierto, muy necesarias en el ejercicio del periodismo y la escritura (sobre todo la primera); una actitud que también sirvió de ejemplo y guía para los que regresaron de nuevo a la Iglesia católica. Aquellos panfletos quedarían recopilados en la «controversias», una de las tres obras principales de San Francisco.
Hoy el obispo de la diócesis de Córdoba nos ha recordado a los periodistas que somos «los profesionales de la palabra» y que tenemos «un papel muy importante en la sociedad» para «relatar la verdad de los hechos«. Un trabajo que debe hacerse «con el deseo de sembrar esperanza y aliento en el corazón de vuestros lectores, oyentes y espectadores».
«Os invito a que seáis siempre portadores de la verdad, factores de paz, unión y comunicación para la feliz convivencia de los hombres», ha añadido el prelado, y ha recordado, en este domingo de la Palabra, la «feliz coincidencia» de la misma con la que divulgan los periodistas.
El obispo ha finalizado su homilía agradeciendo a las televisiones locales la labor que prestan para acercar la santa misa a aquellos que por motivos de salud o cualquier otra razón, no pueden acudir a los templos. » A esas personas les ayuda, y mucho. Sois compañía cercana para muchas personas».