
¿Son necesarias más bandas en Córdoba capital? ¿Hacen falta más o menos? ¿La Semana Santa de la ciudad debe nutrirse solo de bandas de la capital y la provincia? Las respuestas a estas preguntas tienen distintas aristas y perspectivas y no hay unanimidad.
Los factores para responder a dichas cuestiones son diversos pero las respuestas genéricas son dos: los que opinan que hay demasiadas ya (sin contar a las que están formándose o reorganizándose) y quienes apuestan porque se siga el modelo de otras capitales, donde la base musical está en ellas mismas y su provincia, con excepciones.
El dilema está ahí y los condicionantes son varios. El número de pasos y bandas. A día de hoy son casi cuarenta las hermandades que procesionan en Semana Santa y, prácticamente el doble de pasos (aunque no todos llevan música). Para ello, en la capital hay diez bandas, por lo que es necesario acudir, como mínimo, a la provincia, si no fuera de ella.
La calidad y el estilo. No todas las formaciones están al mismo nivel y no todas las cofradías se “conforman” con cualquier banda. En su potestad está buscar lo que se crea mejor, ya sea en Córdoba o fuera de ella. Pero también hay que tener presente que las bandas cordobesas ofrecen la práctica totalidad de estilos existentes, dentro de sus respectivos géneros.
El precio. Es uno de los tabúes que siempre han imperado en este ámbito. Es complejo saber cuánto cobra una banda. De hecho, de manera oficial es prácticamente imposible. A ello hay que sumar que se dan caos de formaciones (de todos los lugares geográficos) que ofertan precios cuando una determinada cofradía les interesa. Una rebaja que influye en el caché y, en consecuencia, que determinadas formaciones puedan enfrentarse a ciertos problemas de solvencia financiera.
El factor humano. Como se señalaba, hay una decena de bandas en la capital, más una en formación y otra en refundación. Partiendo de una media de entre 70 y 90 componentes (de media) para asegurar unos parámetros adecuados, estas formaciones deben mover entre 840 y 1.080 músicos. Esto, si se parte de la estimación de que habría 30.000 cofrades en la ciudad podría parecer asumible. Ahora bien, hay que contar que habría alrededor de 2.000 costaleros y una cifra superior de nazarenos. Y, si se tiene en cuenta que en esos tres grupos hay personas que interactúan en todos, la ratio se reduce.
Con esos factores sobre la mesa y a expensas de que a finales de verano se mueva el “mercado” de bandas, la realidad es que desde Semana Santa, apenas se han anunciado acuerdos (renovaciones y nuevos contratos) en comparación con el mismo periodo anterior a la pandemia. Lo que da una primera idea de que este ámbito está cambiando y el dilema puede estar presente para las bandas más pronto que tarde.