«El Purgatorio es la expresión última de la misericordia de Dios con nosotros»


El obispo de Córdoba recuerda la importancia de rezar por los difuntos por "aquellos que todavía están purificándose antes de disfrutar de Dios en plenitud"

La festividad de Todos los Santos y el día de Difuntos marcan el contenido de la carta pastoral de Demetrio Fernández, obispo de Córdoba. Como cada semana, el obispo escribe al hilo de la actualidad litúrgica y en esta ocasión invita en este mes a «pensar y relacionarnos con el más allá». En su carta comienza esta semana recordando lo inevitable que es la muerte, lo enfrascados que estamos en el día a día y por tanto, lo que supone dejar de  mirar  aun «horizonte más amplio que da sentido al vivir de cada día»: la vida tras la vida terrenal. 

Según el prelado, «cuando prescindimos de ese horizonte, nos estrechamos, nos angustiamos, y nuestra existencia se extorsiona». Y apunta que «los Santos nos hablan de otra vida mejor, de otra vida que continúa más allá del tiempo, de una vida junto a Dios, en su presencia, saciados de su semblante y abrazados por su amor eternamente». Una vida a la que estamos llamados desde el bautismo. Los santos nos han precedido en esa vida, «gozan de Dios a plena luz e interceden por nosotros. Son nuestros hermanos mayores, que nos ayudan en el camino de la vida«. Pero no solo ellos han traspasado el umbral que lleva a la vida eterna. «Entre los que ya han partido de este mundo, se encuentran aquellos que todavía están purificándose antes de disfrutar de Dios en plenitud. El Purgatorio no es un invento de los teólogos». Monseñor nos dice que «el Purgatorio es la expresión última de la misericordia de Dios con nosotros, que nos hace evidente y palpable su amor y genera en nosotros por contraste el dolor precioso de la contrición». Aunque nuestros pecados son perdonados a través del sacramento de la confesión, estos dejan «secuelas y cicatrices que solo serán sanadas por el crisol del amor. El Purgatorio es una respuesta de amor sin recortes, donde nuestra alma queda limpia y pura para acceder a la presencia de Dios».

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Monseñor Demetrio Fernández./Foto: DCTV

El obispo recuerda en su misiva que la Iglesia reza constantemente por sus hijos difuntos, porque » son sus hijos preferidos, porque son los que más sufren en esa llama de amor por parte de Dios y del corazón humano en su presencia. Es un sufrimiento lleno de esperanza, porque goza ya de la salvación. Pero es un sufrimiento que reclama nuestra colaboración y la de todos los Santos en su favor. Cuando rezamos por un difunto, cuando ofrecemos la Santa Misa por él, estamos haciendo no sólo un acto piadoso, sino un acto de comunión y solidaridad con los que necesitan nuestra ayuda y coparticipación.

Concluye monseñor invitando a que en este mes de los Santos y los difuntos se haga una reflexión de «nuestro caminar por esta vida», que es una «peregrinación» con sus momentos buenos y malos, con alegrías y sufrimientos pero cuya «desembocadura» es Dios. «El amor de Dios irá calando en nuestro corazón abierto a ese amor para que sepamos reparar nuestros desvaríos y podamos retomar el camino del cielo«.

Puede leer la carta de manera íntegra en este enlace