La hermandad de la Estrella tiene un problema gordo. Muchos hermanos han dejado de pagar sus cuotas y esto ha generado «una cantidad descomunal de recibos impagados», como reconoce la propia cofradía en un escrito dirigido a sus miembros más remolones para que se pongan al día.
En el mismo, y para sensibilizar a quienes esquivan el pago de sus cuotas, se usa de la pedagogía para informar de la importancia de este dinero al señalar «la enorme importancia que tiene para nuestra tesorería tener al día el cobro de cuotas de los hermanos para poder hacer frente a los pagos y cuadrar los presupuestos, que se preparan teniendo en cuenta dichos ingresos, convirtiéndose este en uno de los principales problemas que tiene ahora mismo la Hermandad».
Aunque la carta no pone paños calientes algunos ante la grave situación que atraviesa, y aunque tanto sus propias reglas como las normas diocesanas la autorizan a aplicar automáticamente la baja a quien lleve dos años sin pagar la cuota, la hermandad de la Estrella flexibiliza esta situación y opta por estimular al pago voluntario, ya que si toma dicha medida podría ver mermado considerablemente el censo de hermanos de la noche a la mañana.
Por esto, amplía el plazo para la baja automática a quien lleve cinco años sin abonar la cuota. Esta medida se aplicará el 21 de noviembre si antes no se regulariza la situación. A quienes no hayan pagado en los últimos cinco años se les pide que se pongan al día «a la mayor brevedad posible como es su obligación según nuestras reglas».
A la cofradía de la Estrella no se le escapa que «con la pandemia padecida y la situación económica que vivimos en la actualidad, la Hermandad quiere estar cercana a situaciones complicadas que estén padeciendo sus hermanos, pero para ello debemos tener conocimiento de las mismas y poder actuar en consecuencia activando los protocolos de protección de que disponen nuestras diputaciones de Obra Social y Caridad para los mismos, con absoluta y total discreción por supuesto».