Sánchez y los bolivarianos nos condenan a cuatro años de insomnio.


PSOE Susana Díaz
Pedro Sánchez, en Córdoba, con Susana Díaz y Antonio Ruiz. /Foto: JC

 

Quién nos habrá echado “mal de ojo” a los españoles para merecer esto: al final cuajó el gobierno Frankestein, ganó la mentira y la familia Monster se repartirá el pastel.

Hace dos siglos el filosofo alemán, Manuel Kant, lanzaba una formulación de su imperativo categórico, el principio moral aparte religión o ideología,  que debía presidir la acción de cualquier individuo: Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad siempre pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal.

En un sentido más hipotético y en negativo valdría  recordar la regla de oro de la moral: no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan.

Pues bien, ni los 120 diputados del PSOE, ni su secretario general, pero tampoco los barones territoriales empezando por la la triste Susana, se han aplicado ni el imperativo kantiano ni la regla más trivial para evitar que los comunistas bolivarianos de Podemos lleguen a los Ministerios. SÍ aquellos que hace sólo dos meses amenazaban el sueño del Doctor Sánchez si  tocaban poder.

Al contrario, el “cambiazo” de Sánchez y su corte de acólitos nos ha condenado a todos los residentes en este trozo de la piel de toro a cuatro años de insomnio con los comunistas Iglesias, Montero, Echenique y a en el Gobierno. SÍ los de las cartillas de racionamiento a lo venezolano

Y a tragarnos las chulerías de Rufían, SÍ aquel camisa negra bravucón que hace apenas dos años escupió un infame discurso en la cara de todos los socialistas que han tenido alguna responsabilidad en este país empezando por Felipe y Guerra. Ahora adornado con fugaces “estrellas” a las que les “importa un comino la gobernabilidad de España”.

Como las gasta el personaje Sanchez.. Que malvado. Este es el castigo que nos hace pagar por no haberle votado en masa. Con ello ha corregido al filosofo prusiano con el nuevo imperativo categórico sanchista “ votarme todos a mi porque de lo contrario no os dejare ni conciliar el sueño”. Y dicho y hecho.

Porque no conozco a ningún socialista de carnet que no sea anticomunista. Es cierto que tampoco sé de comunista con pedigrí que no odie menos a los socialistas que a un concejal del PP, pongamos por caso.

Ya de los separatistas ni le cuento. A cualquier cargo del PSOE, presente o pasado, que preguntes por su patria te dirá que salvo que juegue la selección el Mundial o la Eurocopa, es europeista, internacionalista, globalista, del mundo mundial. Nunca un cateto reduccionista apegado al caserío o a la casona del payés. Eso es de tradicionalistas de derechas, de conservadores rancios.

Pedro ¿ sabes ya qué es una nación?, una nación será  lo que convenga, Pachi. Pégate a mi y no hables mal del burro que te corto el pienso. Y el vasco, la andaluza, el castellanomanchego y hasta el de Teruel que sí existe se amarraron al pesebre de Redondo el malo, no el que habla con Herrera en COPE que ese es socialista viejo y serio, y ahí seguirán pastando mientras haya algo que llevarse a la boca. Compartiendo mesa y plato con los postetarras de Bildu, que nos restregaron a todos que a la serpiente ni se le venció ni se le domesticó. Que demócrata y misericorde  hay que ser con estas alimañas para no responder con el mismo “jarabe”.  

Por eso, este nuevo gobierno es un enorme castigo del vendedor de pócimas Pedro Sánchez, que ha hecho de la mentira un arte. Y que nos manda a las fieras por no haberle comprado los botes del bálsamo de fierabrás que cocinó tras su currado doctorado, y su carretera y manta por las casas del pueblo.

Lamentablemente, como en Venezuela o  Bolivia, traerán pobreza y llanto para las clases medias, lagrimas de verdad no como las fingidas del señorito de Galapagar.

Pero ¡ojo!, vayan a pensar  que este sólo engaña a los votantes socialistas y a todo aquel que osó cuestionarle. La palabra de este tipo vale casi lo mismo que la firma de un contrato por un expresidente del CCF de cuyo nombre no quiero acordarme. Los besos y abrazos de hoy se volverán lanzas. Al tiempo.

En fin, que La Constitución, la oposición, los jueces y hasta la Guardia Civil nos protejan del Presidente menos votado de la reciente  historia democrática de España, 1.150.000 votos menos que su antecesor. Son sólo cuatro años, en Córdoba eso nos suena y nos consuela.