La pandemia global no puede tapar el desastre y descontrol del Gobierno.


«Se nos ha engañado a toda la población, se nos ha engañado de una forma  cruel. Tengo  datos de que hay  Centros donde se recibió la notificación oficial de que las personas que estaban en recepción, que ven  a los pacientes a  menos de un metro, se les  prohibió que se pusieran mascarillas para no alertar  y alarmar a los pacientes y familiares que había en el Hospital”.

Este testimonio, en un tono desgarrado  de indignación e impotencia,  nos lo envía un médico cuya esposa, también sanitaria,  está infectada de Coronavirus.

Se queja, además, del “descontrol” en el seguimiento de los protocolos de toma de muestras a los sanitarios, de la desatención. Reafirma que a los propios “médicos” se les ha ocultado información, “se tapan casos positivos”.

Cuestiona que aislar  a la población ¿para qué?, que “ lo que se debería haber hecho era aislar a los casos mas susceptibles de infección y no este desastre”.  Y  termina clamando por la responsabilidad de los dirigentes. Nos lo cuenta “ un triste médico de un hospital de provincias “     

La pandemia del coronavirus ya está matando, y va a a matar a decenas de miles de españoles durante 2020. Y la decisión que ha adoptado el Gobierno de España de declarar el Estado de Alarma, con las medidas que incluye,  van a suponer la ruina de millares de españoles. Centenares de  miles de pequeños y medianos empresarios, de autónomos,  y la pérdida de su puesto de trabajo de millones de trabajadores en todo el territorio español.

A los ciudadanos, desde que esta epidemia surgió en China, se nos dijo que no pasaba nada. Es mas,  se nos animaba a  acudir en masa a eventos deportivos, culturales, manifestaciones reivindicativas, a donde quisiéramos,  y así hasta el 8 de marzo.  Si alguien dudaba sobre “la verdad” oficial se le tachaba de facha y alarmista desde todos los altavoces mediáticos de este taimado embrollo gubernamental que preside Pedro Sánchez.

Pero al día siguiente cambia la historia y se nos impone quedar  confinados  en nuestras casas. Que cerremos comercios, restaurantes y bares, hoteles, talleres, servicios personales,  y cualquier actividad comercial o industrial abierta al público, salvo alimentación, hospitales y algunos servicios logísticos.

La consecuencia económica y social: caída  total de los ingresos familiares de millones de españoles sin horizonte de recuperación en meses, porque esto no va a durar quince días.

Ayer este gobierno fake anuncia a bombo y platillo un plan de choque  que olvida a los autónomos  y a las pymes de servicios que, junto con los empleados públicos,  son los que sostienen la  clase media española, los que consumen y conforman la demanda interior. 

Los españoles  hemos sido disciplinados, tanto cuando nos dijeron que no pasaba nada como cuando nos impusieron el Estado de Alarma.

Los mismos que antes ocultaron y despreciaron el peligro  dicen que ahora no toca exigir responsabilidades o peleas políticas,  que lo que ocupa es afrontar esta crisis humana en todas sus vertientes: sanitarias, pero también social y económica. Vale.

Pero cuando esto pase, la Justicia deberá caer con todo su peso sobre los negligentes, sobre los que han mentido a sabiendas, sobre los que pudieron  y debieron evitar tanto “descontrol” y daño personal  y económico. Y resarcir, Sí RESARCIR, a quienes han sido victimas  de esta  situación. Porque sabiendo que podría ocurrir, como ya lo había pasado  en China o en Italia,  era su competencia y obligación legal prevenir y mitigar los efectos.

“ los españoles se merecen un gobierno que no les mienta, que les diga siempre la verdad”, y el PSOE parió  los dos gobernantes mas mentirosos y nefastos de la historia reciente de España. Y Rubalcaba se quedó tan pancho.