Estrenando una nueva primavera nos preparamos para vestir Córdoba de más luz, de vivos colores y penetrante olor y donde nuestra economía debe lucir sus mejores galas.
Muchos adoramos nuestra tierra y, día a día, intentamos mostrarla y lograr que embruje. Sin embargo, surge el fatídico comentario de “los cordobeses no hacemos nada por Córdoba”. Y ahí nos encontramos entre los que queremos hacer, los que hacemos y los que debían hacer.
Hace unos días leía el artículo de Elena Martínez-Sagrera sobre los motivos por los que cree en Córdoba y, sin entrar en más detalles, y sin mirar ideologías, creo que nos ha mostrado una vez más con valentía nuestra realidad.
Córdoba tiene un potencial infinito y necesitamos dejar a un lado polémicas y gestionar este legado que nuestras generaciones anteriores nos dejaron. Desde la crítica, nos muestra que creer en nuestra tierra es posible. Y comparto que Córdoba posee un gran tesoro, donde profesionales y personas independientes, como lo es ella, serán los que nos devolverán nuestro legado.
Por eso me permito el lujo de escribir hoy de mi visión de la economía, la que veo cada día cuando cojo el coche para adentrarme en la campiña y llegar a mi industria o cuando paseo camino de nuestras oficinas centrales saboreando la riqueza de Córdoba capital.
Donde no dejo de pensar en ese grupo de valientes economistas, docentes, chefs, celadores, limpiadores, cuidadores, funcionarios, empresarios … al fin y al cabo, cordobeses que cada día se levantan soñando por reconquistar, con su trabajo, nuestro sitio en Andalucía.
Mujeres y hombres que hacen posible nuestra realidad, donde nos levantamos con unas calles limpias, una seguridad ciudadana, una sonrisa en la cara de nuestra gente, cara de amabilidad en ese medio público de transporte… en definitiva, muchos profesionales que nos despertamos todos los días para crear una realidad con nombre e historia.
Por ello aprovechemos el comienzo de la primavera donde tenemos más horas de sol, y se dice que nuestra energía aumenta, para animar a las clases políticas que nos gobiernan, a las distintas asociaciones que nos representan, a todos los colectivos, a que dejen a un lado sus diferencias y se unan junto al resto de cordobeses.
Pero, también, para ello, creo que debemos pedir ayuda a los medios de comunicación para que entre todos se trabaje en conseguir apoyo y no boicot. Es decir, ante una noticia de polémica saquemos una de la gente que construye.
Todos los medios alimentan las disputas, que hay que conocerlas, pero demos caña a nuestras instituciones con ejemplos. Que los hay. No alimentemos polémicas como las vividas en estos tiempos, por un lado Hostecor, la peatonalización de Capitulares, por otro un Consejo Social que nos gustaría a más de uno saber que misión y visión con la sociedad tienen, por otro las polémicas con empresas emblemáticas de Córdoba, de ahí nos vamos a un Palacio de Congresos que los agentes sociales han tenido que intervenir, y qué me dicen de la polémica de la Mezquita-Catedral, vamos, como se dice en mi tierra llana, la madre que los trajo.
Es cierto que nuestros actuales dirigentes dan juego, son carne de cañón con sus acciones, pero construyamos entre todos y mostremos otras realidades conviviendo con estas, lo mismo espabilan.
Dicen que esta época del año la sangre altera. Dentro del temor que me causa, les invito, a esta provocación sin límites, pero siempre, desde iniciativas de futuro, por favor. Si miramos a nuestro alrededor tenemos innumerables ejemplos que nos deben dar empuje y ejemplo.
Podemos asomarnos al mundo y ver que nuestra presencia, nuestra esencia de cordobeses está ahí sembrando. Podemos tocarlo gracias a nuestros soldados cordobeses en el Líbano que junto con personal voluntario de otros países de UNIFIL prepararon, con motivo del Día del Niño, una jornada lúdica para niños discapacitados y están ayudando a construir una sociedad menos desquebrajada, o la preciosa iniciativa de dos jóvenes empresarias que en una calle céntrica de Córdoba con un negocio llamado “el espejo que te dice guapa”, no sólo se lanzan al vertiginoso mundo empresarial sino que sacan una línea de camisetas con un fin solidario, el apoyo a la investigación del cáncer, cuando aún, me atrevo a decir, no saben lo que es el beneficio.
Y así podíamos continuar poniendo ejemplos concretos de nuestra gente. Como son, en estas fechas, los fantásticos e incondicionales cuidadores de las preciosidades de patios que tenemos, donde, sin entrar en concurso, y que amablemente el turista pide poder visitarlos, abren sus casas de orgullo de Córdoba y sus tradiciones.
Y en, estas líneas de reconocimiento, no podía dejarme ejemplos como el de la cordobesa Bárbara Castro que con su vida dio vida, y hoy, es una realidad, que de forma anual, haya un premio con su nombre, creado por la Universidad San Pablo CEU, donde estudió, donde nos muestra la importancia de una vida concebida -premio que por cierto en esta edición ha recaído en la cordobesa Eva Contador- o, el caso, de padres como Bernardo Jordano que nos acerca día a día a la vida de niños con discapacidad que con esfuerzo pero inamovible fuerza y orgullo nos ayuda a enriquecer nuestra tierra y construir una historia cordobesa en valores.
Y, por eso, Córdoba es grande aunque nos digan que “no hacemos nada por ella”. Y si, la primavera es la época de la siembra, no perdamos el tiempo y construyamos. Eso sí, con mucho cuidado porque también es la temporada de las alergias. ¡Qué malas son las alergias cuando quieres y no puedes!, ¿me entienden?. Esperemos que, “estas alergias”, no sean el detonante en la actual y las próximas primaveras.
Tenemos 3 meses, para ser exactos 92 días, para sembrar y crear. Y, como no podía ser de otra forma, desde mi realidad, junto con un nutrido grupo de empresarias y directivas de Córdoba también hemos arrancado con fuerza.
De nuevo, esta vez con un almuerzo y en un lugar de Córdoba totalmente “gourmet», el Hotel Hospes Palacio del Bailío, y gracias a la invitación de su directora comercial Marta Aguilar y a todo su equipo por las atenciones recibidas, tuvimos una velada de lujo.
Poder disfrutar de mujeres que nos representan con tanta energía, determinación, preparación, me hace afirmar que si somos capaces de representar, en una sola comida, a más de 1.800 trabajadores cordobeses que se unen cada día, junto a nosotras, a enriquecer nuestra provincia, que seríamos capaces de hacer si a todas las que nos hemos unido en el barco del desarrollo personal y profesional de nuestras experiencias, nos pidieran opinión, cercanía.
Sea como sea, apartando las dudas, creo en Córdoba y debemos todos ayudar a ese enriquecimiento. En esta época del año, donde los arco iris se dejan ver más, hagamos que nuestra ECONOMIA coja COLOR.