¿Sabían ustedes que desde que comenzó la crisis el 25 por ciento de las empresas creadas han desaparecido?
Me gustaría saber quién habla de esos empresarios y directivos que dejaron pasión y sudor en esos sueños de futuro convertidos en un infierno o una hondonada de difícil salida.
Hablo de empresarios y directivos porque es también gracias a estos grandes directivos el que las empresas puedan hacer realidad sus metas, ocupan un lugar importantísimo en las empresas y deben tener su sitio dada la responsabilidad que asumen.
Empresarios y directivos luchamos para sacar adelante ideas, proyectos que hacemos nuestros, generando empleo y contribuyendo al desarrollo económico de nuestra ciudad. Nadie nos lo puede negar. Entre nuestras manos no tenemos una tarea nada fácil, ¿saben ustedes cuántos proyectos, por la burocracia administrativa que vivimos, no salen, en nuestra provincia, a la luz?.
Las trabas a las que nos vemos sometidos crea una inseguridad jurídica sin precedentes. Y nadie, ningún medio de comunicación se hace eco de esos lamentos, queda en sueños que se lograrán o se abandonarán en un despacho de la administración o en los nuestros propios ante la desilusión y las escasas ganas de seguir luchando.
Ser empresario y directivo hoy día no es fácil, nada sencillo.
Lo ideal sería ir a nuestro puesto de trabajo, hacerlo bien y cobrar por ello. Pero no, nosotros somos valientes, emprendemos proyectos diariamente con el aliciente de nuestro orgullo personal, profesional y la satisfacción de las familias que comen, con su esfuerzo y fantástico trabajo, de ese proyecto bien realizado.
Les podría enumerar uno a uno, los empresarios y directivos, de nuestra provincia que no han dejado su móvil, han contestado correos, han enloquecido en busca de unos megas de wifi y de aquellos que además han aprovechado para adelantar trabajo en estos días estivales, en eso que llaman vacaciones de verano. Porque sí señores, para algunos unas vacaciones en verano no es desconectar sino conseguir poner al día su trabajo y planificar el suyo y de los demás a su regreso.
Los que se permiten el lujo de hablar de “nos unimos al apoyo y crecimiento de empresas” y hablan de colaboración, debían mirar más allá y solidarizarse con una empresa cordobesa mermada y que seguirá así o peor.
Los directivos, los empresarios tenemos que conseguir llegar a final de mes, garantizar la seguridad de nuestros empleados, pagar nominas sin retraso, cumplir con proveedores, clientes, administración. Nunca sobrepasando los límites legales porque no habrá piedad para nuestras empresas y personas si no se cumple.
La administración, nos ha pedido legislatura tras legislatura más y más, me vienen a decir ahora que Córdoba donde el índice de pobreza no es moco de pavo, ¿de quién dicen que depende este índice?
En definitiva ser empresario no es un camino de rosas no nos lo ponen fácil pero, por favor les pido, no olviden nunca la satisfacción que genera la incorporación de un nuevo trabajador, la subida salarial, su promoción, les aseguro que ya nos gustaría que fuese siempre así.
Aunque haya empresarios corruptos, abusivos, también hay trabajadores que dejan mucho que desear pero ningún político les ha pedido nada ni se habla en medios de ello. Eso no vende ¿verdad?
Indiscutiblemente la situación social, económica, tecnológica, financiera… no nos afecta de igual forma a todas las empresas. Y sin embargo cierto es que la sociedad se verá muy influenciada por tendencias demográficas y de desigualdades, y de ahí ¿qué esperan las clases políticas de nosotros? ¿No debían ser ellos los que analizaran y planificaran?
Eso sí, debemos estar ahí.
Ser empresario y directivo es tener pasión por lo que hacemos, nos vale la pena cada minuto que pasamos por la noche pensando y pensado, huimos de nuestra zona de confort continuamente, aprendemos de nuestras lecciones de fracasos, desgraciadamente valen sólo 5 minutos para arruinar reputación de años, trabajamos de la mañana a la noche y trabajos todas las horas que podemos. Somos o tenemos que ser muy disciplinados, confiamos en nuestros conocimientos para caminar, olemos la oportunidad de negocio pero nos apoyamos en el equipo para lograrlo, no nos llega a asustar nuestra creatividad, y nuestra ética y pasión ha llegado a arruinar, en algunos casos, nuestras vidas personales.
Debemos seguir trabajando, felicitándonos por nuestros logros personales y profesionales, riéndonos de nuestra torpezas y que el clima que día a día provocamos en nuestras empresas nos ayude a crecer, incrementar nuestros equipos, promocionar al que lo desee y hacer grande Córdoba, como se merece.
Ser empresario es un orgullo, mejor no opinen si no nos conocen. No se metan en acuerdos, entre agentes sociales coherentes, que quieren crecer, pero no a cualquier precio.
Ser empresario es la vocación con la que hemos nacido muchos. Con la que queremos sentirnos útiles pero lograr milagros solo está en manos de quienes ostentan el poder, y PRIMERO con su ejemplo.
Feliz regreso a una hermosa tierra en la que vivimos y en la que luchamos orgullosos por una Córdoba próspera y de coraje, no de víctimas y culpables.