Aunque para algunos sólo son 365 días más, para la gran mayoría, el comienzo de un nuevo año supone el arranque de nuevos e ilusionantes proyectos. ¿Qué nos depara, qué ilusiones y sueños podemos esperar? Enseguida me asaltan varias realidades estratégicas y de relevancia para la ciudad y su provincia. Los resultados del futuro dependen de las decisiones y acciones que se tomen hoy. Trabajemos por un 2018 mejor para Córdoba.
Por un lado se habla del tema logístico pero, sólo se habla. Espero y deseo que nuestra administración municipal esté trabajando para que ese anunciado corredor del Mediterráneo (Málaga-Granada-Almería-Levante-Cataluña) no se convierta en una amenaza para Córdoba. En 2018 se debe saber qué necesitan las empresas y cómo subirnos a un carro que ya ha arrancado.
Por otro lado, el empleo, las políticas nacionales generan comentarios varios pero, ¡hablemos de Córdoba! ¿Dónde queda la posibilidad de crear estrategias de diferenciación que hagan posible la captación de buenos profesionales o la no fuga de los nuestros? Si la cosa no cambia, poco podremos hacer las empresas, siempre mermadas por un miedo inconfesable a una gestión publica que dice velar por nuestro interés, pero que acaba resultando nada dialogante y siempre dispuesta a echar la carga y la culpa a los empresarios. Aun así el diálogo sigue siendo clave.
Creo que conseguir que el SMI (salario mínimo interprofesional) suba en 2018 un 4% no es en sí mismo motivo de felicitación por la subida porcentual que supone, el mérito está en la propia consecución gracias a la unión entre todos. Aprendamos.
No me puedo olvidar este 2018 de la mujer, tenemos un papel muy importante en nuestra sociedad cordobesa. 2018 será el año del definitivo reconocimiento profesional gracias a la obligatoriedad que tendrán las empresas de más de 250 trabajadores de auditarse para mostrar dicha igualdad de género y que nos generará un fortalecimiento que no se espera. Les invito a vivirlo.
No podemos olvidarnos tampoco de la innovación y desarrollo tecnológico, nuestro parque tecnológico es atractivo para el inversor exterior y nuestra universidad posee el empuje más que suficiente para conseguir lo que se proponga. Permítanme también pedir “un golpe de Estado” para toda la comunidad hostelera que no estaría de mas, pero facilitarles su labor tampoco se debe olvidar. Prefiero no decir mucho mas.
Ninguna ciudad del mundo atesora como Córdoba tres títulos de Patrimonio de la Humanidad: Casco Histórico, Mezquita-Catedral y Patios. Y, la lucha, los esfuerzos, deben ir encaminados a conseguir el para Medina Azahara con todas las oportunidades que esto supondría.
No disponer de un centro de convenciones, tener un espectacular edificio de arte contemporáneo que no se puede usar si no eres artista contemporáneo, ¡de risa!, un palacio de congresos cerrado… si el ciudadano supiera todo lo que se nos escapa a lo mejor presionaría más a los responsables y conseguiríamos algo.
Eso sí, a nivel agroalimentario, el sector que mejor conozco, se trabaja codo con codo con la administración regional y eso da resultados. La confianza empresarial es un arma fortísima generadora de empleo y riqueza. Andalucía lidera la ventas internacionales de productos agroalimentarios y no sólo es mérito de los empresarios. Vaya por delante un merecido guiño a la Consejería de Agricultura en Córdoba, ASAJA, Cámara de Comercio y Extenda, por su apoyo incondicional.
Tenemos una provincia muy muy rica, que apenas disfrutamos los cordobeses. Debemos salir a gastar en ella, generemos también riqueza así y conozcamos los nuestro. Les animo a hacerlo. Conseguir el posicionamiento de la marca Córdoba, un trabajo en el que se han unido todos los agentes sociales, es en realidad tarea de todos. La unión hace la fuerza y tenemos todo un año por delante para estrenar y demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces.