El agua que no llega


Los datos que arrojan los embalses de la provincia de Córdoba son aterradores

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La Virgen de Araceli. /Foto: LVC

Vivimos en una época en la que con bastante frecuencia hablamos y escuchamos referencias constantes a la falta de agua. Andamos en dimes y diretes, en eternos comentarios y debates sobre el tema: que si el cambio climático, que si un volcán que entró en erupción y provocó que el clima se esté viendo afectado en todo el planeta, que si se está bombardeando a las nubes, que si quieren convertir a España en un desierto…; discusiones que solamente desvelan una gran certeza: la escasez de agua que a cada momento se hace más acuciante y que ya está provocando cierto desasosiego en la población.

Hace algunos días, unas dos semanas, acogíamos con alegría una jornada lluviosa que quedó reducida a eso, a ser flor de un día. El agua que no llega y que cuando lo hace resulta algo efímero, nos está haciendo vivir un poco con la incertidumbre de un futuro cercano que parece oscuro. Por si fueran pocas las dificultades que hay en el campo, esta carencia hace que la situación en la agricultura y en la ganadería se esté viendo directamente afectada por esta realidad.

Los datos que arrojan los embalses de la provincia de Córdoba son aterradores. Quizá la situación más preocupante está al norte de la provincia. La definiría como crítica. Qué sensación tan escalofriante provocaba ya en verano el cruce del puente sobre el pantano, en Peñarroya-Pueblonuevo, con una imagen aterradora que dejaba ver la tierra seca al fondo del mismo y no dejaba indiferente a nadie. No había atisbo de agua. Pero cuando dos meses más tarde aparecen en los medios de comunicación los datos sobre el volumen de este embalse de Sierra Boyera, que apenas ya alcanza el seis por ciento de su capacidad, no queda más remedio que elevar el grado de inquietud ante un dato tan triste. Y no es más alentadora la media de los pantanos de todo el territorio cordobés, que se sitúa en el catorce por ciento.

Como un halo de esperanza se ha acogido la noticia que, con cierta timidez anunciaba la empresa que comercializa el agua en nuestra provincia, sobre el hallazgo en el término de Fuente Obejuna de una balsa de este líquido que garantizaría el suministro durante dos años en una zona ya suficientemente deprimida por otras razones. Este descubrimiento ha sido fruto de la preocupación por buscar una solución, por parte de esta empresa, a tan alarmante situación. Las condiciones geográficas parecen favorables y la posible contaminación podría ser diluida con el escaso remanente de Sierra Boyera.

Queda cruzar los dedos para que todo salga bien, agradecer la labor de Emproacsa y mantener la ilusión por que llegue la ansiada lluvia. Ojalá que la Virgen de Araceli -patrona del campo andaluz-, que saldrá en rogativas por la lluvia el próximo 29 de noviembre, propicie la llegada de abundante agua.