La Juventud de Cintia


Cintia Bustos./Foto: LVC
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Cintia Bustos y Laura Ruiz. /Foto: LVC

Las crisis municipales se resuelven moviendo fichas, con despedidas públicas llenas de elogios y como los buenos matrimonios de conveniencia arreglan las cosas: sonriendo. No quiero decir con ello que Bellido haya sufrido una crisis municipal en su equipo de gobierno, pero que se te marchen dos tenientes de alcalde en un año por motivos personales indica precisamente eso, que los motivos personales tienen el peso suficiente para apearse del proyecto político. El relevo, uno de ellos, ha sido Cintia Bustos, que ha arrebatado al alcalde Bellido, según él mismo confesaba, el récord de edad como edil en el ayuntamiento. Cintia Bustos es todo juventud (23 años) para Juventud y el alcalde destaca de ella muchas cosas buenas para que se apliquen en un área que es todo futuro y sin botellón, que no por el alcoholismo sino por el contagio vírico ahora se ha vuelto a prohibir pero en serio. Nuestra flamante edil de Juventud destaca por su trayectoria política que es por lo que suelen destacar los jóvenes que aterrizan en los cargos públicos tan jóvenes. Preside Nuevas Generaciones y uno atisba cierta similitud familiar con Beatriz Jurado, que presidió durante tantos años la Nuevas Generaciones porque ha sido, y sigue siendo, joven, dinámica y ambiciosa. En realidad me atrevería a decir que Cintia es un clon de Jurado, y no por cuestión familiar – en los partidos suele haber familias, como saben- sino por esa forma de comunicar tan corporativa, convincente y mismo pelo moreno. Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena y a las presidentas de Nuevas Generaciones. La futura nueva edil – tomará posesión en septiembre- gestionará a parte de los cordobeses más reacios a las mascarillas y a la formación clásica, quiero decir, que Bustos es de la generación de los youtubers, influencers y tiktokers que no ha leído a Calderón y que heredarán una España republicana y sin viejos, porque la pandemia se los llevó. Cintia, en realidad, es nuestro futuro tanto como el centro de protones que Bellido se ha traído para curar el cáncer de los que en breve ya no estemos porque el virus se nos habrá llevado.

A los novelistas jóvenes les falta biografía y decepciones y cicatrices para contar historias suficientemente buenas pero no así le ocurre a los ediles de Juventud, que en la juventud tienen su aval político y profesional que perderán con los años, cuando dejen de presidir la nuevas juventudes corporativas y adquieran un sueldo en el senado, que es para gente más mayor. Mayor se nos ha hecho de repente otra joven edil que hasta ahora era la titular de Juventud y no por edad sino por la superconcejalía que le han endiñado,  la de Cultura, Promoción y Casco Histórico, que es la concejalía refundida tras la marcha de Laura Ruiz. Una superconcejalía es en realidad un marrón se mire como se mire aunque sea con los ojos del covid y su crisis que, según los entendidos, obligan a gestionar la Cultura de otra manera cuando en realidad esa Cultura se comenzó a reducir a fiestas populares y conciertos de Amaral desde que hace un año se marchó Moreno Calderón. Antes del covid. Antes incluso de que Pedro Sánchez nos robara el superávit. Quiero decir que las superconcejalías envejecen a sus titulares y no es lo que le deseamos a Marian Aguilar, que es juventud, dinamismo y gimnasio, pero que ha adquirido de repente una responsabilidad de claveles, rejas, balcones ,conciertos a mitad de aforo y cableado supervisado por la Unesco. La pasada Navidad se marcó con nosotros un villancico en El Coro y a ver qué nos canta la próxima Nochebuena si es que le quedan ganas.

Uno de los retos que adquirió el actual equipo de gobierno fue retener a la gente joven que se marchaba a tierras de promisión. No sé si el ímpetu juvenil de Cintia sumará en ese propósito. La juventud sigue siendo el futuro más cierto e inmediato incluso para una ciudad de viejos vicios políticos como Córdoba.