La variable Hurtado


Tenemos ahora a un futurible alcaldable más radicalizado y activista LGTB, como el propio Gobierno Sánchez, que no es un Gobierno progresista sino trans.

 

3IVLEM32WJBFBHWZCWMLIZPG4M
Antonio Hurtado / Foto: Radio Córdoba

A los pocos días de que Juan Espadas anunciara en Córdoba que no habría primarias en el PSOE localsi se llegaba a un consenso, aparece el consenso con pajarita que es Antonio Hurtado y que ya no viste pajarita sino camisas floreadas. Estamos hablando de las elecciones municipales del mayo del próximo año y que serán una reválida para el PSOE a nivel nacional por mucho que los gurús de la cosa política que tanto saben lleven lustros con el mantra de que unas municipales no tienen nada que ver con unas generales y tal, aunque tras las municipales todos corran a pronosticar futuribles para unas generales.

Regresemos no obstante al terruño que tiene un nombre propio para esa cita electoral y no es otro que el de José María Bellido, actual alcalde cordobés del PP con mucha pinta de ser alcalde del PP también en los próximos cuatro años. Y en Córdoba. Lo cual pone muy complicado al resto de partidos colocar a un candidato que responda al perfil mínimo que un futuro alcalde o alcaldesa deber tener, y que principalmente no es otro que ser medianamente conocido. De momento, los aspirantes en unas posibles primarias socialistas son menos conocidos que un político de VOX disfrazado de cabo de la Magdalena, que parece ser que es lo que se lleva ahora: la política-farándula. Como el carnaval ha llegado este año antes, el PSOE presenta un candidato que no es que se disfrace pero sí que ha mutado. Nuestro Antonio Hurtado de los años 90 al que recordamos con cariño como delegado de Hacienda- ‘cariño’ y ‘Hacienda’ puede parecer un oxímoron pero en este caso no lo es- o el Hurtado en bicicleta antes del carril bici plantándole cara a Doñarrosa en Capitulares en los primeros años del siglo XXI, (actividad de riesgo entonces que acabó costándole el puesto al ciclista), tenemos ahora a un futurible alcaldable más radicalizado y activista LGTB, como el propio Gobierno Sánchez, que no es un Gobierno progresista sino trans.

Quiero decir que la versión 2.0 de Hurtado hoy en día es la que es porque el Líder Supremo, el Gran Narciso, el Nerón del Falcon, el Hombre Más Guapo del Mundo, ha acabado llevando su enloquecida influencia al resto del socialismo que antaño era más del pueblo, más amable, más de los trabajadores y más de hombres y mujeres. Con lo cual no sé yo si nuestro Hurtado sintonizaría con una gente, la gente del municipio, más preocupada por llegar a fin de mes  y el acceso en coche al cole del niño que por los viajecitos de tren gratis que tanto abandera nuestro hombre-activista. Porque ahí el economista comprometido desaparece como lo hace a la hora de explicar los PGE, con ese sesgo propio del político mato-por-mi-partido, síndrome éste que viaja de bancada en bancada según se gobierne o no.

Los problemas de los vecinos no son las políticas identitarias, ni sacar a los muertos de las tumbas, ni tan siquiera el dogma de fe climático. No. Aquel Hurtado concejal, aquel delegado de Hacienda, tenía los pies en el suelo aunque fuera entre dos ruedas, y era un socialista de otra época muy distinto al actual que, en cualquier caso, y a pesar de su camisa floreada, sigue siendo el mejor candidato posible del PSOE al Ayuntamiento por veteranía, trayectoria y re-conocimiento del electorado. Una jugada inteligente. Y aunque el PSOE es muy de la cosa del género, tampoco en esta ocasión eso sería un problema. Al cabo, todos tenemos un amigo gay.