Ha sido en la semana en la que se recordaba el fatídico atentado de Atocha que se produce el terremoto político en el que el PSOE vuelve a ser un oscuro protagonista. Aquel fatídico día de 2003 permitió que ‘lo criminal’ alzara al poder a uno de los más lamentables presidentes que la democracia española ha tenido. El PSOE de Rodríguez Zapatero inició el proceso de demolición de la España del 78 polarizándola, dividiéndola, y finalmente arruinándola económicamente. No es mejor este PSOE de ahora ni Sánchez un mal alumno de aquel ‘Bambi’, sino uno muy aventajado y más perverso aún. No ha sido ‘lo criminal’ sino ‘lo civil’ lo que ha empleado el PSOE esta vez para llegar al poder en modo sierpe. La izquierda en general y el PSOE en particular suelen padecer alergia a las urnas, y la democracia, entre otras cosas, la ejercen a golpe de moción de censura.
Para ello tienen un socio perfecto en un partido en descomposición como es Ciudadanos. La última traición de Inés Arrimadas les ha puesto en bandeja la posibilidad de llegar a los gobiernos que ahora no controlan, y Madrid es uno de ellos. La otra joya de la corona, la que duele quizá más que Madrid, es Andalucía.
Sería injusto centrar el objetivo solo en la formación naranja. No parece más fuerte un PP con un Casado que aparentemente juega sus minutos de prórroga en el cargo/liderazgo y que a fecha de hoy no solo no ha sabido aglutinar al voto de centro derecha sino que no parece que vayan por ahí sus deseos. Si no les gusta que haya un importante número de españoles dolidos por el separatismo, por la indolencia de los cargos acomodados, por la manipulación de la Justicia, por una pésima gestión de la pandemia y porque sencillamente les insulten por ser de derechas y, por tanto, estén cabreados, lo menos que podían hacer desde el PP es no alejarlos más señalándolos como extremistas ovejas descarriadas. No era eso lo que se vio en aquella foto de la Plaza de Colón en 2017, sino a españoles todos unidos por la idea decente y legal de España y no la que Sánchez, Iglesias, los golpistas catalanes y los herederos de ETA quieren demoler. Aquello unió al centro derecha. Los afanes personales y las cobardías estratégicas no solo lo han desunido, sino que parte de él ya no existe porque lo ha fagocitado el PSOE. Así de claro.
Si bien García Egea ha podido remendar lo que su PP murciano no supo evitar, la situación de Madrid parece más controlada por el liderazgo, ese sí, de Díaz Ayuso. Aunque nadie ha reparado, o no ha querido hacerlo, en la figura de Miguel Ángel Rodriguez, ‘MAR’, la mano derecha de Ayuso y representante de una vieja guardia popular que, o ya no existe, o está cómodamente silenciada. Los buenos líderes suelen contar con mejores asesores y Ayuso ha sabido hacerlo. De hecho Isabel, de momento, parece más líder que el barbado Casado. Y Madrid puede ser clave para que en el centro derecha, con la inevitable y necesaria ayuda de VOX, vuelva a tener esperanza de parar al sanchismo.

En Andalucía vivimos un momento de lealtad reforzada a pesar de la naranja Rocío Ruiz. Juan Marín (C´s), al que tanto se le ha criticado su preparación política y pasado municipal, no solo ha crecido como vicepresidente sino que ha sabido estar al lado de Juanma Moreno (PP) en esta situación de incertidumbre. Un Juanma Moreno que también está demostrando ser mucho más que aquel ‘dedazo’ de Rajoy y por supuesto contar con más cintura centrista que Casado. Porque en Andalucía se dan varias circunstancias que conviene observar. Por un lado hace tiempo que en Ciudadanos son conscientes de la debacle y muchos de ellos han ido buscando amparo sotto voce en las filas populares. El otro sector superviviente, que encabeza Rocío Ruiz, ha optado por el socialismo con el que ya fueron socios de gobierno. Aunque parece más mayoritario el primer sector que el segundo, no conviene bajar la guardia sobre lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Otro aspecto importante es que Juanma Moreno es consciente del peso cada vez mayor de VOX, la única formación que consigue lo que ya no hace el PP desde hace tiempo: quitarle votos al PSOE en el ámbito rural. VOX será también en Andalucía quien tenga la llave de la gobernabilidad en un futuro que no parece muy lejano. Y no conviene jugar a los cordones sanitarios que ya padeció el PP durante los gobiernos de Zapatero y que los populares parecen haber olvidado con prontitud.
En esta semana del 11 de marzo de nuevo en España ha comenzado a jugarse una partida que repercutirá en lo que conocemos hasta ahora como nuestra nación. Del final de ese juego depende el futuro de unos españoles que seguirán creciendo en democracia e igualdad o en algo que no nos atrevemos, ni queremos, imaginar. Pero que no será la España del 78.