No va a pasar nada malo


Si todo transcurre como los sondeos vaticinan, Andalucía habrá demostrado que es soberana, que quiere progresar y que no admite chantajes ni amedrantamientos

Las elecciones que se celebran en unos días, y cuya campaña comenzó esta semana, colocan a Andalucía ante un reto histórico. Si los pasados comicios ya supusieron un punto de inflexión por cuanto, por primera vez en la historia de la comunidad, no mandó el socialismo – evitamos a conciencia el verbo ‘gobernar’- las próximas elecciones pueden significar la madurez democrática definitiva de una región que sin complejos apostó por la derecha reformista (VOX) y que permitió que el centro derecha gobernase (PP y Cs)  a pesar del triunfo socialista, pero insuficiente, de 2018.

VOX arranca la campaña electoral en Córdoba./Foto: VOX
VOX arranca la campaña electoral en Córdoba./Foto: VOX

Aunque han quedado muchas cosas por hacer en una legislatura marcada por la crisis sanitaria, los andaluces han podido comprobar que ni se han desmantelado los servicios sociales básicos ni se han perseguido ni cancelado a las mujeres ni a los andaluces por su orientación sexual como vaticinan los agoreros de la ‘democracia real’.

Comienzo de la campaña electoral del PSOE en Córdoba./Foto: PSOE
Comienzo de la campaña electoral del PSOE en Córdoba./Foto: PSOE

Esos son los argumentos que, a la desesperada, vienen lanzados desde la izquierda en general y del PSOE en particular, verdadero especialista en las campañas del miedo cuando carece de argumentos o sencillamente ve peligrar mucho más el poder el que ha estado instalado durante toda la vida en Andalucía.

Los recientes intentos para condicionar un posible pacto PP-VOX por parte de los socialistas, empleando toda clase de argucias pseudolegales,  sí que deberían hacernos reflexiona sobre quienes desean cancelar de verdad a los ciudadanos que no piensan como ellos, qué respeto se demuestra por la diferencia cuando se les llena la boca de diversidad y cuanto miedo tienen a la democracia y a las urnas.

Si todo transcurre como los sondeos vaticinan y si en la campaña no hay mayor sorpresa que la normalidad de un periodo como este, Andalucía habrá demostrado que es soberana, que quiere progresar y que no admite chantajes ni amedrantamientos de quienes la han tenido como un cortijo en el que ejercer su sentido latifundista del poder político y de los clanes privilegiados.

Y que no pasa nada malo porque gobierne la derecha. Como ha quedado patente en los últimos tres años y medio.