La feria del jamón de Villanueva de Córdoba ha recuperado en este año 2022 todo lo que la había convertido en una de las citas ineludibles del sector cárnico y ganadero en las anteriores ediciones previas a la pandemia. Porque como para casi todos, la llegada del virus supuso un serio revés para un acontecimiento de estas características y para un sector que vio como el canal de la hostelería prácticamente cerraba durante los meses más duros de la pandemia, lo que se tradujo en pérdidas para un producto gourmet y único, y unos productores que han tenido que reinventarse para seguir ofreciendo el mejor jamón ibérico 100% de bellota que la comarca produce.

La feria, en cualquier caso, no es sino el colofón anual de un trabajo realizado con constancia, mimo y profesionalidad durante muchos años, en los que administraciones públicas, Denominación de Origen y productores han sabido unir fuerzas y mantener más o menos alejadas las diferencias – sobre todo políticas- en beneficio no solo del jamón  sino de la dehesa, un ecosistema único y frágil, que requiere un especial cuidado para seguir siendo el territorio que permite ese milagro gastronómico que es el jamón ibérico.

Esta vigésima segunda edición ha sido todo un éxito que en gran parte ha servido “para olvidar las ediciones pandémicas”, deseo del alcalde de Villanueva, Gabriel Duque, que ha querido de este modo celebrar las actividades recuperadas y las novedades incorporadas en 2022. A pesar de la incertidumbre que envuelve al sector por la sequía y por el incremento de los costes de producción, miles de personas han pasado estos días por Villanueva de Córdoba para disfrutar de la joya de su gastronomía en una Feria del Jamón que ha puesto en el escaparate un producto único y un claro ejemplo de lo que en Andalucía debe convertirse en costumbre: promocionar la enorme calidad de sus productos y seguir progresando económicamente como esta tierra merece, más allá de las rebajas fiscales, que también ayudarán, sin duda.