Un compromiso individual para cambiar la sociedad


“Hay que poner a Cristo en la cumbre de las actividades humanas"

Felipe González de Canales. Acto de entrega de los V Premios Felipe González de Canales / Foto José Ignacio Aguilera

Esta semana, en la V entrega de los galardones Felipe González de Canales que organiza este periódico junto a Asaja Córdoba y el Cabildo Catedral, su titular, que a pesar de la edad conserva fresca, comprometida y efervescente su cabeza, ofreció en una breve y concisa intervención varias claves para afrontar el futuro y sobre todo una lección de coherencia y sentido común de esas que se echan mucho en falta en los tiempos que corren. González de Canales, que comenzó pidiendo perdón por si no gustaba lo que iba a decir -él sabe perfectamente que padecemos la dictadura de la corrección política- y solicitó respeto recíproco entre aquellos que discrepan, dio un repaso a la situación actual que va desde la sequía hasta la falta de compromiso.

Porque los problemas que está produciendo la sequía son más producto de la incompetencia política y administrativa que del propio fenómeno. González de Canales recordó que nadie duda de que vivimos en un clima semiárido, y que existen dos planes hidrológicos – el andaluz y el nacional- que, o no se han puesto en marcha, o se enfrentan a la vertebración insolidaria de nuestro país. “La cuenca del Ebro es cuenca de España”, recordó. Una incompetencia política que denunció así mismo señalando a la Unión Europea, que supo organizar una política agraria común tras la Segunda Guerra Mundial para sacar al continente del hambre y que, una vez superado el problema y habiendo nadado, incluso, en la abundancia, no hace sino “crear todo tipo de problemas a los agricultores”. González de Canales advirtió, al hilo de esta reflexión, que “estamos a las puertas de una hambruna”, como también tuvo unas palabras contra la política de subsidios por desempleo y a favor de la necesaria creación de empleo real. Unos subsidios que no solucionan nada y que roban la dignidad del individuo, que no se molesta ni en buscar formación para cubrir puestos técnicos en el sector agrícola “que no se encuentran”, según Felipe González de Canales.

Pero lo más destacable de la intervención del viejo agricultor fue la arenga contra la falta de compromiso cristiano más allá  de que “los católicos se conformen con ir a misa los domingos y ser buenas personas”. González de Canales sostuvo que “hay que poner a Cristo en la cumbre de las actividades humanas y desde ahí crear una sociedad que respete la ley natural, y que las leyes que salen del parlamento estén sometidas a la ley natural”, y lo defendió diciendo que no estamos de acuerdo con la sociedad en la que vivimos y que nuestra obligación es dejar a nuestros hijos un futuro del que se sientan orgullosos por nuestro esfuerzo realizado. Un esfuerzo que debe ser personal de “cada uno, esté donde esté y haga lo que haga”.  Felipe González de Canales plasmó en unos minutos una de las muchas inquietudes que atenazan a los hombres de hoy, que se sienten confuso y perdidos porque no encuentran una razón para la que comprometerse. Para el viejo agricultor es Cristo. Y un compromiso individual con Él ayudará a sumar los esfuerzos necesarios para dejar una sociedad mejor.