De disparate en disparate hasta la locura final


El Gobierno de Sánchez y su facción más radical – la podemita- pretende llevar hasta el paroxismo su realidad virtual ajena a la realidad de las personas

Cuando esta semana propusimos desde La Voz de Córdoba hablar sobre la colaboración público privada en la gestión forestal andaluza, además de conocer las intenciones legislativas y de mantenimiento de la Junta de Andalucía, con una nueva legislatura por delante, hemos sabido algo más sobre los disparates que leyes como la de Bienestar Animal, la de Residuos y Economía Circular o la propia PAC tienen en común: todos se producen porque se legisla de espaldas al campo, como apuntó reiteradamente el secretario general de Asaja Córdoba en el encuentro celebrado.

Si bien la Junta de Andalucía no escapa a la influencia de la sostenibilidad impuesta por la Agenda 2030 y todo lo que de ideológico conlleva la omnipresente hoja de ruta, en el tema forestal han sabido dotar al asunto de la importancia que tiene, dedicarle  al menos un tercio de consejería propia y comenzar a cambiar la política de conservación llevada a cabo en los últimos casi 40 años y con un horizonte largo – no puede ser de otra manera cuando de los plazos de la naturaleza se trata- , más acorde con los nuevos retos y realidades sociodemográficas, que también repercuten en el monte.

Por el contrario, el Gobierno de Sánchez y su facción más radical – la podemita- pretende llevar hasta el paroxismo su realidad virtual ajena a la realidad de las personas en general. Que una ley de Residuos prohíba toda quema en el campo significa que se legisla sin conocer el campo. Que una ley como la de Bienestar Animal iguale en derechos a animales y personas no solo denigra a las personas sino que es una vuelta de tuerca más en el proceso de ingeniería social a la que se está sometiendo a gran parte de Occidente y a España en particular. Que la reforma de la PAC prohíba el pastoreo de ovejas junto a los olivares de sierra porque no son medios mecánicos es otra prueba más de que el legislador tiene una cómoda vida en Bruselas con dietas  bien remuneradas, y que no es desde luego el tajo  de sol a sol y a plena intemperie.

Disparates, contradicciones, cortapisas y prohibiciones vestidas de economías circulares, azules (¿?), sostenibilidad, no violencia, dignidades a medida e igualdad que como no se le pongan remedio en cuanto se pueda derogando todas y cada una de la leyes que promueven este sinsentido, nos conducirán a un escenario en el que no recuperaremos todo lo bueno que el progreso nos ha permitido y dejado en la último siglo. Empezando por la libertad, la que más sufre estos ataques de estos dementes subvencionados y mantenidos gracias a la democracia y la manera decente de vivir que ahora pretenden pervertir.