El café Monky humilla a Pedro Sánchez


Ahora, a todos, clase media trabajadora incluida, se no criminaliza si nos ven con corbata

pedro corbata
Pedro Sánchez. /Foto: LVC

Cuentan por San Basilio que este 15 de agosto, en la Fiesta de Regla de la Virgen de Acá, nadie irá con corbata. Así lo ha decidido y todos, eso dicen, han aceptado gozosamente la decisión, ya que el dinero ahorrado servirá para la construcción de un nuevo colegio en el barrio. 

Los cofrades del Carmen -los de San Cayetano y los de Puerta Nueva- lamentan en lo más dentro de sí llegar tarde a estas medidas de ahorro con las que el presidente Pedro Sánchez ha abierto los ojos a todos los españoles. Ellos hubieran suprimido las corbatas de sus cultos y de sus procesiones y con lo que hubieran ahorrado daría para un Ministerio nuevo, de lo que sea, con su batallón de asesores y todo. 

La generosidad no conoce límites. El apocalipsis climático nos está echando el aliento -ardiente, por supuesto- en el cogote y hay que poner remedio. La solución está en tomar por tonto y en apretarle un poco más el cinturón a ese segmento social que el PSOE acaba de descubrir tras el 19J y que se llama clase media trabajadora, un término que desde entonces no se le cae de la boca a ningún socialista de pro, aunque sea el responsable de la agrupación local de Ventorros de Balerma.

Ahora, a todos, clase media trabajadora incluida, se no criminaliza si nos ven con corbata. Las hordas se nos echaran encima acusándonos de insolidarios, de aumentar la huella de carbono y de ser unos despilfarradores energéticos. Ellos, en cambio, al ir con el cuello de la camisa abierto tendrán una tranquilidad de conciencia con el medio ambiente similar a la de echar una moneda en una mesa petitoria. Ya hemos salvado el mundo, ea.

Una vez que hemos descubierto que se ahorra al ir sin corbata sólo falta cuantificar este ahorro. El Ministerio de Medio Ambiente, o como se llame, podría subvencionar a una universidad amiga para que establezca las cifras de este invento de Pedro Sánchez que ha pillado al mundo científico con el pie cambiado. Hay una serie de misterios por desentrañar en estos de las temperaturas y de los ahorros, y esas clases medias trabajadoras reclaman saber por qué se ahorra más si el aire acondicionado no puede bajar de los 27 grados en el sector privado y sí en el público, o por qué es más efectivo quitarse la corbata en La Moncloa y no en Serbia. De lo del Super Puma hablamos otro día.

Los españoles llevamos en nuestras espaldas numerosas campañas de ahorro, unas más efectivas que otras. De todas ellas, ésta de la corbata es la más folclórica de todas, porque no va a surtir el mismo efecto, ni por asomo, que logró aquella campaña del café Monky, cuando hace cuatro décadas salía Carmen Maura en la pantalla del televisor y nos decía aquello del “tacita a tacita”.